Primer traspié financiero para Prat-Gay: quedó desierta colocación de Bonar 2020
Para analistas, el mal contexto externo y una oferta no atractiva quitaron chances a la emisión de deuda por u$s 1000 millones. El Gobierno rescató fin de dolarización de pesos
por ESTEBAN RAFELE
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Primer traspié financiero para Prat-Gay: quedó desierta colocación de Bonar 2020
Primer traspié financiero para Prat-Gay: quedó desierta colocación de Bonar 2020
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El Gobierno declaró desierta la colocación de títulos de deuda Bonar 2020 por hasta u$s 1000 millones que lanzó la semana pasada e informó que canjeó u$s 426,5 millones de ese bono por u$s 444 millones de Bonar X, un papel con vencimiento en 2017 y amortizaciones de capital por unos u$s 7500 millones. Analistas consultados juzgaron que las operaciones arrojaron resultados pobres y fueron mal ejecutadas por el Ministerio de Hacienda que conduce Alfonso Prat-Gay.
La operación que diagramó el Ejecutivo era doble. Por un lado, la emisión de un bono en dólares (el Bonar 20) a suscribirse en pesos buscaba que empresas con necesidad de girar utilidades se hicieran de un título en divisa. Por otro, el canje del Bonar X por Bonar 20 buscaba estirar tres años y medio los vencimientos de capital de ese título, el más oneroso del año entrante.
La expectativa se agrandó el martes, cuando el Gobierno amplió la licitación de Bonar 20 hasta u$s 5000 millones, con una tasa de interés del 8%. Según estimaban en el mercado, el Ejecutivo aspiraba a canjear al menos u$s 1000 millones de Bonar X por estos papeles.
Pero la cartera de Alfonso Prat-Gay chocó contra un contexto externo demoledor, con caídas en las Bolsas del mundo de hasta 4,8% en Europa y de 1,8% en Wall Street. Economistas consultados por El Cronista coincidieron en que ninguna de las dos propuestas resultaba atractiva para los inversores.
Fausto Spotorno, director de Orlando Ferreres y Asociados, lo dijo sin rodeos: "La oferta no estuvo bien, no fue atractiva. No fue una falta de interés por activos argentinos, porque ayer (por el martes) el BCRA colocó sin problemas Lebacs en pesos y en dólares. La relación de precios no fue tentadora".
Miguel Kiguel, director de Econviews, agregó: "En el caso de la licitación (de Bonar 20), no quedó claro para qué se hacía. El problema principal fue que no hubo un trabajo previo, no hubo discusiones". Voceros del Ministerio de Hacienda, por el contrario, destacaron que "se confirma que la demanda de inversiones con tenencias en pesos por activos dolarizados ya fue en gran medida satisfecha", aunque la cartera no informó si recibió alguna oferta efectiva ni bajo qué condiciones.
Sobre el canje de los Bonar X, los analistas también consideraron en destacar la falta de atractivos. El Gobierno fijó un cambio de u$s 96 de Bonar 20 por cada lámina de 100 del título más corto. "Nuestros cálculos daban muy poca tasa adicional para estirar 3 años el plazo. Se ganaba menos de 15 puntos básicos; fue un tema de precios", afirmó Kiguel. "En nuestra visión, el Gobierno no ofreció suficiente incentivo para efectuar este canje en una escala amplia", aseveró la firma Balanz Capital en un reporte.
Según se reportó oficialmente, hubo 1484 ofertas de canje recibidas, cuya efectivización permitió "una disminución de la deuda del orden de u$s 17,8 millones y una extensión de la vida promedio de la cartera de 3,5 años". Las condiciones poco atractivas y el pésimo contexto global se asemejaron a la operación de canje de bonos Boden 2015 que intentó efectuar el ex ministro de Economía, Axel Kicillof, en diciembre de 2014, en medio de un cimbronazo financiero mundial. En aquella ocasión, consiguió posponer vencimientos por u$s 185 millones, o el 2% del total, y el Gobierno también se mostró satisfecho.
La emisión fallida se convierte en un mensaje para los fondos buitre, en momentos en que se retoman las negociaciones. Una buena colocación hubiera permitido a Argentina demostrar capacidad de financiamiento a pesar del cerco de los holdouts.
"Las necesidades de financiamiento para cubrir el déficit fiscal, que probablemente superará los u$s 25.000/27.000 millones, requerirá de una mayor emisión de deuda que aumentará su costo. Esperamos rendimientos más altos", indicó Balanz Capital.
http://www.cronista.com/economiapolitica/Primer-traspie-financiero-para-Prat-Gay-quedo-desierta-colocacion-de-Bonar-2020-20160121-0058.html
Jueves, 21 de enero de 2016
ECONOMIA › PRAT-GAY ANUNCIO QUE EL GOBIERNO ACEPTARA NUEVAMENTE LAS AUDITORIAS ECONOMICAS POR PARTE DEL FONDO
Volver al FMI como si nada hubiera pasado
En Davos, Suiza, donde participa del Foro Económico Mundial neoliberal, el ministro de Hacienda y Finanzas reveló que la Argentina está dispuesta a retomar las revisiones del FMI, en el marco del artículo IV de su estatuto. “No tenemos nada que ocultar”, afirmó.
Por Tomás Lukin
“Queremos un artículo IV porque no tenemos nada que ocultar”, afirmó ayer el ministro de Hacienda y Finanzas, Alfonso Prat-Gay. La afirmación del funcionario confirmó la decisión del Gobierno de rehabilitar la auditoría anual de la economía realizada por el staff del Fondo Monetario Internacional. La última vez que el organismo multilateral visitó la Argentina para elaborar ese documento fue en mayo de 2005, siete meses antes del pago anticipado de toda la deuda con el FMI concretada por el ex presidente Néstor Kirchner. La revisión macroeconómica es un requerimiento para los países miembro del Fondo. Si bien se trata de una supervisión técnica de la economía local, esos informes funcionaron históricamente como mecanismos de legitimación para implementar políticas fiscales, monetarias, laborales y cambiarias ortodoxas que no necesariamente eran exigidas por el organismo.
La decisión de permitir la supervisión del Artículo IV no representa un paso hacia la solicitud inminente de un crédito al Fondo. Desde la lógica del Palacio de Hacienda, la “normalización” del vínculo representa un activo adicional ante inversores extranjeros y futuras colocaciones de deuda externa al tiempo que los diferencia de sus antecesores en la Casa Rosada. Así, el anunciado regreso de las misiones del organismo forma parte del proceso de reinserción plena en el sistema financiero buscada por el Palacio de Hacienda, donde también se deben computar otras iniciativas concretas y simbólicas. En ese listado se anotan el desmantelamiento de las regulaciones cambiarias, la reactivación de las conversaciones directas con los fondos buitre, la instalación de un esquema de metas de inflación, el crédito de corto plazo con bancos extranjeros que sería anunciado hoy y la participación del presidente Mauricio Macri con sus colaboradores especializados en el Foro Económico Mundial de Davos.
Fue precisamente desde Suiza donde el ministro Prat-Gay dio la bienvenida al Fondo durante una conversación con la agencia de noticias financiera Bloomberg. Las autoridades del FMI habían expresado en diciembre su intención de restablecer “un diálogo más profundo con las autoridades argentinas sobre las políticas económicas”, pero el inicio del diálogo bilateral informal entre los referentes económicos de Cambiemos y el Fondo se remonta al tramo final de la campaña presidencial. De todas formas, en el FMI indicaron a este diario que “todavía no hay novedades sobre el Artículo IV”.
Hasta el momento, el ingreso de divisas de diferentes fuentes prometido por el ministro Prat-Gay al iniciar su gestión está lejos de cumplirse. El interés del funcionario para revitalizar el vínculo con el cuestionado organismo multilateral de crédito no es novedoso. Al insertarse como referente de la Coalición Cívica en 2008, comenzó a reclamar que el país solicite financiamiento al FMI. De hecho, la iniciativa formó parte de su campaña para diputado nacional al año siguiente. Durante una entrevista con Página/12, el ex banquero central y ex empleado del JP Morgan Chase se refirió a la posibilidad de rehabilitar las supervisiones del artículo IV: “No tendría ningún problema en que me evalúen si hacemos las cosas bien. En la Argentina agrandamos giles y, entre ellos, a los burócratas del Fondo. Uno se sienta, les explica las cosas y los puede convencer. Hoy están dispuestos a prestar casi sin exigencias. Ahora si vamos a ser tan estúpidos de pagarle todo cuando no había que pagarle y después dejar pasar la oportunidad de que nos presten...”.
A pesar de las permanentes tensiones, el acercamiento al FMI tampoco estuvo fuera de la agenda del gobierno anterior. Con una agenda distinta a la de Prat-Gay, los últimos tres ministros de Economía del kirchnerismo –Amado Boudou, Hernán Lorenzino y Axel Kicillof– evaluaron con las autoridades del organismo la posibilidad de permitir nuevamente la realización de los informes anuales. Explicaban que si se evitaba el circo mediático saliente en esas visitas durante los años finales de la convertibilidad, la difusión de un documento técnico crítico no representaba un inconveniente para un gobierno que se mofó de los errores de diagnóstico del FMI y hacía gala de los grados de libertad adquiridos al independizarse del organismo. No se llegó a un acuerdo. De todas formas, el organismo multilateral fue convocado para colaborar con la elaboración de las estadísticas de precios y crecimiento elaboradas por el Indec. Las críticas del organismo conducido por la francesa Christine Lagarde decantaron en una moción de censura contra el país. En junio del año pasado, el Fondo señaló que Argentina “aún no cumple totalmente con su obligación respecto del suministro preciso de datos” y extendió el plazo para alcanzar ese objetivo hasta julio.
Tradición y presente
Las relaciones entre Argentina y el FMI fueron tirantes desde la crisis de 2001-2002, pero las recetas de ajuste se remontan al primer crédito otorgado por la entidad al país en 1958. Durante el kirchnerismo, el organismo cuestionó la nueva orientación macroeconómica y la reestructuración de la deuda. La tensión se profundizó después del pago anticipado de los casi 10.000 millones de dólares de deuda que acumulaba el país en 2006. A pesar del desempeño económico, laboral y distributivo exhibido por el país, los reclamos para ajustar el gasto público, enfriar la demanda y fortalecer el clima de negocios fueron una constante de los informes del Fondo, donde se presentaron sus (fallidos) pronósticos de bajo o nulo crecimiento. A la incapacidad de un FMI para prevenir el estallido de la crisis internacional más grande desde 1930 se sumó la revitalización de sus tradicionales exigencias de ajuste fiscal y monetario junto con reformas estructurales del mercado de trabajo y el sistema previsional a la que están sujetos sus “salvatajes”. Incluso cuando el organismo comenzó a recomendar gastar más para sostener la demanda, una investigación realizada por el Center for Economic and Policy Research (CEPR) reveló cómo 31 de los 41 créditos otorgados en ese momento a economías de bajos ingresos incluyeron exigencias de políticas fiscales y/o monetarias procíclicas que exacerbaron las recesiones. Como se trataba de países como Burkina Faso, Jamaica, Pakistán, Ucrania, Nigeria y Lituania, no fue sino hasta la erupción de la crisis de la Eurozona que se reveló la voracidad del FMI. Las experiencias de Grecia y España son dos ejemplos recientes de la vitalidad que tienen los tradicionales lineamientos ortodoxos del Fondo que guiaron las orientación macroeconómica (y las crisis) en América Latina durante las décadas del ochenta y noventa.
http://www.pagina12.com.ar/diario/economia/2-290774-2016-01-21.html