“El fiscal no es respetable”
El ex asesor de Menem dice que la denuncia del fiscal de la causa Amia es producto de una conjetura geopolítica y afirma que la relación entre Argentina e Irán es insignificante.
Duro. Escudé sostiene que el fiscal de la causa se dejó manejar por la embajada de Estados Unidos (Raimundo Viñuelas/Archivo).
Duro. Escudé sostiene que el fiscal de la causa se dejó manejar por la embajada de Estados Unidos (Raimundo Viñuelas/Archivo).
Carlos Escudé es filósofo y politólogo. Se formó en la Universidad de Yale y fue asesor de los gobiernos de Carlos Menem en temas de política internacional. En diálogo con este diario, afirmó que la causa Amia está “demasiado sucia”. Y consideró que Estados Unidos e Israel intercedieron para desviar la investigación del atentado.
–¿Lo sorprendió la decisión de Nisman?
–Nisman no es un ciudadano respetable, mucho menos un fiscal respetable. Un fiscal que, como consta en numerosos cables de WikiLeaks, permanentemente consultó con la embajada de Estados Unidos respecto de lo que debía y no debía hacer respecto de la causa, prácticamente pidiendo permiso para dar cada uno de sus pasos, debe quedar excluido de toda participación en los asuntos públicos. Esto no vale sólo para Nisman, sino para todos los que aparecen en WikiLeaks.
–¿Cuál ha sido la relación entre nuestro país e Irán desde la presidencia de Néstor Kirchner?
–La Argentina no compra petróleo a Irán. La acusación parece el producto de la conjetura geopolítica de un niño. El memorando se firmó el 1° de marzo de 2013. En 2012 la Argentina había exportado a Irán por el valor de 987 millones de dólares; en 2013 por el valor de 1159 millones en moneda norteamericana y en 2014 por el valor de 800 millones de la misma moneda. En total, más del 70 por ciento de esas exportaciones está constituido por cereales y oleaginosas. La mejor fuente de datos, accesible desde Internet, es la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo. En otras palabras, no hay absolutamente ningún avance en la relación entre ambos países, lo que convierte a la acusación en ridícula.
–¿Qué evaluación hace del avance de Irán en Sudamérica en estos últimos años?
– El avance de Irán en Venezuela fue muy alarmante, especialmente cuando Chávez facilitó la conversión en masa al islam de indígenas de la Guajira. También lo fue la infiltración iraní en movimientos de protesta argentinos. El caso de Luis D’Elía es notorio. Pero esto nada tiene que ver con el memorando. Hay que recordar que D’Elía perdió su puesto de funcionario debido a su militancia proiraní.
–En cuanto a la causa Amia, ¿cuáles son los elementos favorables y no favorables de la llamada “pista iraní”?
–La causa Amia ya está demasiado sucia como para saberlo. Que la embajada norteamericana presionara a Nisman para no explorar la pista siria ni la conexión interna, cosa que se sabe gracias a los cables de WikiLeaks, demuestra que el interés geopolítico de dejar mal parado a Irán primó sobre los criterios estrictos de justicia. En esos tiempos Estados Unidos e Israel tenían la esperanza de firmar un tratado de paz con Siria, y no les interesaba señalar a Damasco como exportadora del terrorismo, aunque lo fuera: para Washington, perdonar una o dos bombas en Buenos Aires son un daño colateral perfectamente aceptable si está de por medio el equilibrio de Medio Oriente.
–¿Cuál es entonces su perspectiva respecto al atentado?
–Es probable que Irán sí haya tenido una cuota importante de responsabilidad; que Siria también haya hecho lo suyo y que la implementación del ataque contra la Amia haya sido posibilitada por mercenarios argentinos. No hay que olvidar que, cuando estos se cometieron, Líbano era un satélite de Siria, a la vez que el Hezbollah libanés era financiado por Irán y estuvo involucrado en la perpetración del atentado.
–¿Cómo afecta esta situación al país en el frente externo?
–Que Nisman se haya dejado manejar por la embajada de Estados Unidos y que también lo hayan hecho varios otros personajes argentinos de gran importancia, muestra que somos algo menos que un país. A mí siempre me acusaron de proyanqui, pero les aseguro que no van a encontrar mi nombre en WikiLeaks.
http://www.lavoz.com.ar/politica/el-fiscal-no-es-respetable
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18 de Enero de 2015
Al menos siete datos de la realidad desmienten la hipótesis del "plan criminal" pergeñado por el fiscal general de la causa AMIA
Las inconsistencias que anulan el plan de Nisman para imputar a CFK
A horas de asistir al Congreso para informar sobre la escandalosa denuncia, surgen cada vez más elementos que contradicen al funcionario. Ni compra de petróleo ni venta de cereales, ni protección a imputados. La elección de Lijo.
Martin Piqué
Las inconsistencias que anulan el plan de Nisman para imputar a CFK
Interpelado - El lunes, Nisman deberá responder todas las preguntas en el Congreso. Será una jornada intensa - Foto: mariano espinosa
Mañana a las 15, en pleno receso del Congreso, el fiscal Alberto Nisman entrará al Congreso con todas las cámaras aguardándolo en la puerta y un gran desafío –que amenaza con manchar para siempre su desempeño en el Ministerio Público– por delante: probar las acusaciones contra la presidenta, el canciller Héctor Timerman y otras personas, a los que considera partícipes de un inédito "plan criminal" para desvincular a Irán del atentado a la AMIA. Nisman llegará a la Comisión de Legislación Penal de Diputados con el auspicio de los medios más lanzados en su antikirchnerismo, porque otros empiezan a poner distancia y se previenen ante el riesgo que podría significar la revelación de las presuntas pruebas –hasta ahora reservadas, al tratarse de desgrabaciones de escuchas telefónicas– que pueden no ser sólidas, no constituir delito, e incluso haber sido obtenidas sin autorización judicial.
La presentación de Nisman ante la comisión encabezada por Patricia Bullrich (Unión-PRO), y cuya vicepresidencia 1ª está en manos de Diana Conti (FPV), tendrá que sortear muchas preguntas y pedidos de que amplíe la información ante las inconsistencias que se van comprobando en su dictamen a medida que pasan los días. Eso sin contar las desmentidas que se realizaron casi de inmediato.
EL NEGOCIO DEL PETRÓLEO. Nisman basó su hipótesis en la idea de un acuerdo con Irán a cambio de la provisión de petróleo y la venta de cereales pero, como se sabe, el comercio exterior entre la Argentina e Irán no reflejó en los últimos años, una vez aprobado el Memorándum de Entendimiento, ninguna operación en materia petrolera. Tampoco en exportación de granos.
INTERPOL. La idea de un pacto de impunidad para los iraníes imputados en la causa se contradice con la conducta del gobierno frente a los pedidos de captura a través de Interpol. Nunca hubo un pedido de la Argentina para que esa agencia levantara las circulares rojas –requerimientos de captura internacional– que pesaban sobre cinco ciudadanos iraníes y un libanés, como lo probó el canciller Héctor Timerman al exhibir un elemento muy contundente: el correo electrónico enviado por el ex titular de Interpol, el estadounidense Ronald Noble.
"Mientras era secretario general de Interpol, en cada ocasión que hablamos y nos vimos por las notificaciones rojas, usted (por Timerman) indicó que Interpol debía mantener en vigor las notificaciones; su posición y la del gobierno argentino fueron consistentes y firmes", escribió Noble en el mail que el canciller leyó ayer ante la prensa.
HIPÓTESIS FALSA. Otro antecedente que desacredita las acusaciones de Nisman es su condición de único fiscal a cargo de la investigación del atentado. En septiembre de 2004, luego de que el entonces procurador Esteban Righi lo designara al frente de la Unidad AMIA, Nisman se convirtió en el principal responsable del avance de la pesquisa desde un rol ineludible, al que nadie podría pasar por alto: encabezaba una fiscalía ad-hoc, específica, con apoyo oficial y relación fluida con los organismos de inteligencia. Esa condición desacredita la idea –planteada por Nisman– de que la presidenta y el canciller intentaron promover una hipótesis falsa sobre el atentado, la pista de los 'fachos locales'. "¿Cómo íbamos a girar de la acusación de la participación iraní a la acusación de 'unos fachos locales' sin su propia participación, siendo el fiscal Nisman el único responsable de la investigación de la causa AMIA desde el año 2005?", se preguntó en voz alta Timerman el jueves, en su primera respuesta pública. En este punto, la continuidad de Nisman –al menos en el corto plazo– no está en riesgo: según pudo saber Tiempo, la estrategia del oficialismo será no pedir su remoción del cargo. Se proponen poner en evidencia sus resultados, o la falta de estos.
EL "DELITO" QUE NO SE CONCRETÓ El dictamen de Nisman también puede ser objetado desde un simple principio del Derecho, que es que –en el supuesto caso de que sus imputaciones fueran ciertas, una hipótesis que experimentados juristas como Raúl Zaffaroni y León Arslanian consideran improbable por lo endeble y forzado de los elementos probatorios– nada de lo que plantea Nisman se concretó: el Memorándum no entró en funcionamiento, las circulares rojas nunca se levantaron, el comercio bilateral no registró ningún alza significativa en los últimos años. "Nada de lo que pretende dar por probado entra en el campo de la tentativa, sino que queda en el de los puros actos preparatorios, que, como todo abogado debe saber, son impunes", recordó Zaffaroni.
BLOQUEO AL MEMORÁNDUM. Entre los diputados del FPV que se encontrarán cara a cara con Nisman también despierta curiosidad que el representante del Ministerio Público haya delineado su teoría sobre el supuesto 'plan criminal' para desligar a la República Islámica cuando el propio fiscal bloqueó uno de los acuerdos del Memorándum: Nisman se negó a viajar a Teherán para poder interrogar a los acusados. La legislación de Irán, se sabe, prohíbe las extradiciones de ciudadanos de ese origen que sean imputados de algún delito por la justicia de otro país. La misma restricción existe en Brasil, socio mayor del Mercosur.
ACCESO A LAS ESCUCHAS. Otra de las cuestiones que aparecerá en la Comisión de Legislación Penal será la discusión en torno a la forma en que Nisman accedió a las escuchas telefónicas en las que basa su denuncia. Una de las sospechas es que haya utilizado escuchas ilegales, realizadas sin autorización judicial, para realizar su dictamen. En el ambiente de Comodoro Py, a pesar del receso de la feria, aseguran que el fiscal sólo utilizó desgrabaciones de escuchas realizadas a los teléfonos del comerciante argentino de origen libanés Jorge Khalil. La información que circula sobre el contenido de esas escuchas, sin embargo, difiere mucho del tono casi amenazante que utilizó Nisman para generar suspenso en torno a las pruebas que guarda bajo reserva. El juez Rodolfo Canicoba Corral cuestionó que el fiscal no le haya informado que estaba utilizando escuchas ordenadas por él –en el caso de Khalil– con un fin distinto del de esclarecer el atentado.
¿POR QUÉ EL JUEZ LIJO? "Queremos que nos explique a qué juez le rindió cuentas, por qué la causa no fue a Rodolfo Canicoba Corral, o a sorteo, y fue a (Ariel) Lijo", advirtió ayer el diputado Héctor Recalde (FPV) en diálogo con Radio América. Lijo investiga el presunto "encubrimiento" pero de la pista Siria, cuando en este caso su sospecha recae en el presunto encubrimiento de la "pista iraní". «
http://tiempo.infonews.com/nota/143003/las-inconsistencias-que-anulan-el-plan-de-nisman-para-imputar-a-cfk
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domingo, 18 de enero de 2015
Detrás de Nisman - Por Santiago O´Donnell
Allá por enero del 2011, cuando Julian Assange, editor del sitio Wikileaks, me entregara un pen drive con más de 2500 cables diplomáticos estadounidenses referidos a la Argentina, lo que más me llamó la atención fue la información referida al atentado en contra de la AMIA y al fiscal de la causa, Alberto Nisman.
Los cables reflejan una y otra vez la falta de independecia del fiscal respecto de la embajada de Estados Unidos en la investigación del atentado, tal como documenté en mis libros Argenleaks (2011) y Politileaks (2014). Dicha conducta incluye el adelantarle a la embajada medidas judiciales tanto de la fiscalía como del juzgado que entiende la causa AMIA, llevar borradores de resoluciones a la embajada para ser corregidos hasta conseguir la aprobación de la sede diplomática, y disculparse reiteradamente cuando no se dio preaviso de alguna medida judicial del caso a los diplomáticos y agentes de dicha embajada estadounidense. Los cables reflejan también que importantes referentes de la principales organizaciones de la comunidad, judía, de la cancillería argentina y hasta de los propios expertos estadounidenses que le daban letra a Nisman expresaban en privado serias dudas acerca de la marcha del expediente, pero que evitaban que esas dudas se hicieran públicas para no debilitar la causa.
Más allá de esta información, de claro interés público, me llamó la atención que el periódico español El País y el diario francés Le Monde, que venían publicando artículos sobre Argentina basados en los cables de Wikileaks desde noviembre del 2010, hasta entonces no habían publicado ni una palabra sobre los 196 cables referidos a la AMIA, muchos de ellos clasificados como "secreto" o "clasificado."
También me llamó la atención que menos de una semana después de que Assange me confiara los cables de Argentina, El País publicó por primera y única vez un artículo referido a los cables que hablan del atentado a la mutual judía de 1994. Pero lejos de poner al descubierto la connivencia del fiscal con la embajada, el artículo se dedica a ventilar algo que ya era de público conocimiento: la entonces cercanía de Nisman con el gobierno, que había empezado cuando Néstor Kirchner creó una fiscalía especial para investigar el atentado en el 2005 y nombró a Nisman para liderarla.
Titulado "EE.UU. sospechaba que la paertura del caso AMIA respondía al oportunismo del gobierno argentino", el cable arranca así: La embajada de Estados Unidos en Buenos Aires sospechó que el oportunismo del Gobierno de Cristina Fernández de Kirchner y la ambición del fiscal especial Alberto Nisman determinaron, probablemente, la reactivación hace tres años de las investigaciones sobre el atentado terrorista que, en 1994, destruyó la sede de la Asociación Mutual Israelita Argentina en la capital argentina y causó 85 muertos y 300 heridos."
Esa misma semana redacté el artículo que terminaría siendo un año después , casi palabra por palabra, el capítulo "AMIA" de Argenleaks, con la intención de publicarlo inmediatamente en mi diario, Página/12, del cual sigo siendo jefe de la sección El Mundo, tal como habíamos convenido con Assange y también con Ernesto Tiffenberg, director del diario. Sin embargo, Tiffenberg me comunicó que no publicaría mi texto sobre Nisman y la AMIA, así como los referidos al grupo Clarín, terrorismo en la Triple Frontera y otros que dejaban mal parados a funcionarios del gobierno, incluyendo uno sobre el vicepresidente Amado Boudou. Pero mientras los demás textos fueron suprimidos hasta que salieron mis libros, en el caso de Nisman-AMIA Tiffenberg le entregó uno de mis cables (en ese momento tenía la exclusividad para la Argentina, según un convenio que yo mismo había firmado con Assange, con el aval de Página/12) al periodista Raúl Kollman y me informó que Kollman se encargaría de escribir sobre la AMIA porque era el experto de diario en el tema. Entonces me ofrecía a trabajar con Kollman, pero Tiffenberg no dio lugar a mi sugerencia.
Poco tiempo después, el 27 de febrero del 2011, bajo la firma de Kollman, Página/12 publicó en su tapa del domingo "Una ayudita a los amigos para acusar a Irán" . El artículo descalifica a las fuentes que aparecen en los cables poniendo en duda la investigación de Nisman y dice que los cuestionamientos a la investigación del fiscal provienen de ex funcionarios judiciales procesados por encubrimiento:
"En los últimos días, el diario El País, seguido luego por La Nación y Clarín, interpretaron que el cable del 27 de mayo señalaba que, según la opinión norteamericana, Nisman, en combinación con Néstor y Cristina Kirchner, pretendieron tapar, con el pedido de detención de Menem y los demás, el problema que por entonces estaba en el centro de la escena: el conflicto con las entidades del campo. En el cable del día 22 queda claro quién sostiene esa hipótesis: los propios Menem y Galeano. Ambos dijeron públicamente que la acusación en su contra era una maniobra política. Sin embargo, todo fue confirmado en las dos instancias judiciales superiores, el juez y la Cámara. Los otros dos que abonan esa teoría del desvío de atención fueron Neuburger y González. Los cables traducen esas opiniones y, sobre el final, Wayne más bien expresa sus dudas."
También cita al propio Nisman para desmentir su cercanía con el gobierno, relación que por entonces era archiconocida: "Página/12 consultó a Nisman sobre una frase del 'garganta profunda´ de la Embajada: 'Nisman está totalmente dominado por el jefe de Gabinete Alberto Fernández. Obedece sus ordenes sin discusión y no descarto que todo sea una maniobra política de Alberto Fernández´. El fiscal respondió brevemente a Página/12. “Vi a Alberto Fernández dos veces en mi vida. Ambas en 2005, cuando se estableció la fiscalía especial para el caso AMIA. En ese momento gestioné ante el jefe de Gabinete la compra del sistema Excalibur de entrecruzamiento de llamadas. El presupuesto dependía de él y por ello lo fui a ver. Nunca más lo vi.”
De obsecuencia, de falta de independencia, de recibir órdenes de la embajada, ni una palabra.
Cuando leí el artículo le dije a Tiffenberg que me llamaba la atención que Página /12 siguiera la misma línea editorial de los grandes medios argentinos y extranjeros de proteger a Nisman y salvoguardar la investigación, pese a la dudas y presuntas inconductas que surgían de los cables de Wikileaks. Me contestó que no, que La Nación y Clarín apoyaban la línea Galeano-Mullen-Barbaccia-Nisman, mientras que Página/12 sólo apoyaba lo que hacía Nisman, que era muy distinto a lo de sus antecesores, (por más que Nisman había trabajado con los fiscales procesados e identificado a los mismos presuntos culpables).
Un mes más tarde, en marzo del 2011, un colaborador de Wikileaks le entregó una copia de los cables de Argentina al periodista de La Nación Hugo Alconada Mon y tres meses más tarde los cables se hicieron públicos. Sin embargo, nada se publicó hasta la salida de Argenleaks sobre la relación entre Nisman y la embajada.
Nobleza obliga, más allá del generoso espacio que me dieron algunos medios radiales para hablar del tema, empezando por Víctor Hugo Morales, el primer medio gráfico que publicó algo referido a mi capítulo de Argenleaks sobre la connivencia entre Nisman y la embajada fue Clarín. Con la firma de Daniel Santoro, el 29 de agosto del 2011, pocos días después de la salida a la venta de Argenleaks, Santoro escribió "Insólito pedido de disculpas de un fiscal a EE.UU.", referido al profuso pedido de disculpas que nisman le hicera a distntos funcionarios de la embajada por no anticiparles que pediría la captura de Menem y otros funcionarios políticos y judiciales por presunto encubrimiento del atentado.
(Nobleza obliga también, esta semana vi a mi estimado y respetado colega Santoro en el canal de noticias del Grupo Clarín defender a capa y espada la acusación de Nisman contra la presidenta Cristina Kirchner, el canciller Héctor Timerman y otras personas, dando por cierta una conspiración que me resulta tan inverosimil como oportunista, políticamente motivada y de difícil comprobación, más allá de la opinión que me merezca el actual gobierno.)
Poco tiempo después Nisman me citó en su despacho a través de su publicista para hablar del libro, invitación que acepté de buena gana como suelo hacer cuando alguien sobre quien escribí quiere comentar lo que dije. En esa reunión Nisman me dijo que si bien puede ser cierto que la embajada le decía esto y aquello, él no siempre le hacía caso y que continuaba investigando pistas alternativas mal que le pesar a la embajada y que le prueba está en el expediente y en que el juicio a los encubridores de la "conexión local" fue elevado a juicio. (Esta semana el juez de la causa, Rodolfo Canicoba Corral, cercano al gobierno, lo contradijo diciendo que muchas veces le pidió a Nisman que ampliara su investigación más allá de los iraníes pero que el fiscal no le hizo caso.) Nisman también me contó que prácticamente toda su información provenía del agente de la Secretaría de inteligencia Jamie Stiusso, ya que Stiusso tenía la confianza de los servicios secretos estadounidenses e israelíes. Me comentó que Stiusso le pasaba información en bruto y lo que él podía corroborar lo llevaba al expediente.
Desde entonces la información sobre Nisman y la embajada desapareció de los medios hasta la firma del convenio con Irán para investigar el atentado en enero del 2013. Era como si existiera una política de Estado que atravesaba gobierno y oposición, medios k y anti k, y los principales representantes de la comunidad judía, de que la causa no se toca y el trabajo de Nisman tampoco.
El convenio con Irán rompió el pacto de silencio y reavivó el interés en mi trabajo con los cables de la AMIA. El 17 de febrero del 2013, a horas de que se discutiera el convenio en el Congreso, publiqué en Página/12 la columna "AMIA.doc." , la que sería la base del capítulo "Nisman" de Politileaks. Más allá de que pensara que el convenio representaba un cambio de política exterior demasiado brusco y arriesgado para el país y la causa AMIA, aún sabiendo que la información sería utilizada por el gobierno para avalar su decisión, me pareció importante compartir con los legisladores lo que decían los cables, a favor y en contra, antes de que tomaran una decisión tan importante. Salvo la parte donde señalo que los cables muestran que durante su presidencia Nestor Kirchner había rechazado un convenio muy similar al que luego firmaría su esposa, que debí negociar con Tiffenberg palabra por palabra, el resto del texto, que documenta la falta de independencia de Nisman con respecto a la embajada, no mereció ningún reparo. Los tiempos habían cambiado
Ahora vuelve todo con la denuncia de Nisman y el interés de los medios k en los cables de Wikileaks sobre el fiscal. Pos supuesto que me llamó la atención que esto ocurriera apenas días después del desplazamiento del poderoso y otrora intocable agente Stiusso. Y sí, claro que puedo estar equivocado, pero la movida de Nisman me huele a carpetazo de los servicios. Aún así, no quiero ser un peón en la batalla política entre el gobierno y la oposición ni avalar conductas de unos u otros que no comparto. Hablé en varias radios pero no quise salir en televisíón por miedo a que mi imagen en determinado canal sea entendida como un apoyo a un lado de la grieta. Sin tomar partido en cuestiones que me exceden largamente y sin ser un experto en el tema AMIA, entre otras razones porque cuando ocurrió yo vivía en Estados Unidos, quería decir que me duelen las manipulaciones políticas a los familiares de las víctimas que se vienen sucediendo desde que ocurrió el atentado, y la falta de Verdad y Justicia en un tema tan sensible y doloroso para todos los argentinos.
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