Miércoles, 21 de enero de 2015 | Hoy
Página/12
EL PAIS › OPINION
Alerta roja
Por Horacio Verbitsky
Una primera lectura a velocidad supersónica de la denuncia del fiscal Alberto Nisman contra la presidente CFK y su ministro Héctor Timerman, difundida en la tarde de ayer por la Corte Suprema de Justicia en su página electrónica, indica que el eje excluyente de la argumentación del difunto ex fiscal gira sobre la presunta decisión de las máximas autoridades argentinas de obtener la anulación de las órdenes de captura contra los funcionarios iraníes acusados y de las correspondientes alertas rojas emitidas por Interpol. Esta afirmación se reitera ad infinitum a lo largo del dictamen, ahora en poder del juez federal Ariel Lijo, quien lo puso en manos del presidente de la Corte Suprema, Ricardo Lorenzetti.
“La baja de las notificaciones rojas constituyó el interés central para las autoridades iraníes en este acuerdo y el canciller Timerman aceptó y contribuyó a ello. Hizo todo lo posible para que ese objetivo fuera cumplido por Interpol, más allá de sus declaraciones públicas en sentido contrario, porque sostener la verdad además de confesar su participación en el plan delictivo, hubiese sido incompatible con los reclamos de justicia. La diligente y a la vez inesperada –para los encubridores– actitud de Interpol, específicamente de su secretario general, Ronald Noble, lo impidió”, sostiene en la foja 107.
En la 120 narra una reunión de Timerman con el secretario general de Interpol el 26 de noviembre de 2013 en la sede de la organización en Lyon y dice que el canciller argentino intentó convencerlo “para que cediera y dispusiera el cese de las notificaciones rojas”. Este esquema se repite una y otra vez a lo largo del escrito.
(De allí la importancia del correo electrónico que Noble le envió a Timerman la semana pasada, en el que afirma en forma categórica que tanto el ministro como la presidente CFK y todo el gabinete argentino permanecieron “cien por ciento comprometidos a que las alertas rojas de Interpol siguieran vigentes”, con una actitud consistente e inflexible. Sobre el encuentro del 26 de noviembre de 2013 en el que Nisman afirma que Timerman intentó convencer a Noble para que cediera y levantara las alertas rojas, el propio Noble dice que Timerman “reiteró que la posición del gobierno argentino es que las alertas rojas debían permanecer en efecto, sin cambios, debían seguir siendo válidas”. Nada que el gobierno diga ahora podría mejorar este desmentido rotundo de Noble, ex jefe del Servicio Secreto de los Estados Unidos, quien en un reportaje publicado en este diario el domingo, añadió por si quedaran dudas, que Nisman mentía cuando afirmaba lo contrario.)
La segunda línea argumental de fondo en la denuncia de Nisman es que en 2011, dos años antes de la firma del Memorando de Entendimiento los cancilleres de la Argentina e Irán acordaron en Siria dejar de lado la investigación de los atentados. Las fuentes son los periodistas argentinos José Ricardo Eliaschev y Gabriel Levinas. Eliaschev dijo bajo juramento a Nisman que había leído un documento secreto redactado por el canciller iraní Alí Akbar Salehi en el que le informaba a su presidente Mahmud Ahmadinejad “que la Argentina ya no está interesada en resolver aquellos dos atentados y en cambio prefiere mejorar sus relaciones económicas con Irán”. Sin explicación, ese “típico paper intergubernamental” que Eliaschev leyó, no está redactado en farsi sino en inglés. Según el periodista “ha circulado por las cancillerías de varios países”. En alguna de ellas lo habrán traducido. Algo menos asertivo fue Levinas, en un libro de 2013 sobre Timerman. El ministro argentino habría dicho que llegó a Siria “bajo precisas órdenes de nuestra presidente para tratar de encontrar o buscar una solución a la causa AMIA”. Si bien este párrafo no incrimina a Timerman ni a la presidente como el de Eliaschev, contiene una precisión invalorable: dice que lo supo por “fuentes oficiosas de la Cancillería de Israel”.
(Esto remite una vez más al problema que el juez Rodolfo Canicoba Corral señaló en la resolución en que pidió las capturas que originaron las alertas rojas de Interpol: Nisman debía conseguir pruebas, ya que se basaba sólo en informes de Inteligencia. La modificación de la ley de Inteligencia, para que la justicia controle la tarea de los servicios y no a la inversa, es el compromiso que Néstor Kirchner asumió en 2005 ante los familiares nucleados en Memoria Activa, en el reconocimiento de responsabilidad que la Argentina realizó ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y cuyo cumplimiento sigue pendiente.)
Muchas fojas transcriben conversaciones telefónicas del agente iraní Jorge Khalil con los piqueteros Fernando Esteche, de Quebracho, y Luis D’Elía, de la Federación de Hábitat y Vivienda quienes se atribuyen distintas proezas. Esteche sostiene que el Memorando firmado en 2013 es copia de uno que él había redactado con Khalil en 2006 y que ni Irán ni la Argentina habían aceptado entonces. D’Elía informa cada vez que habla con su amigo Khalil que está en la Casa de Gobierno o en el Ministerio de Planificación, llama Jefa o Número 1 a la presidente y se jacta de que ella conoce y aprueba sus gestiones y que Julio De Vido, a quien llama Julio a secas, está ansioso por conseguir petróleo. En varias conversaciones se señala que hasta ese momento el intercambio era entre privados y los interlocutores procuran obtener que también participen los estados.
(Hasta el día de hoy eso no ocurrió. Los granos los sigue vendiendo Grobocopatel y la Argentina no importa petróleo de Irán. El comercio bilateral creció antes de la presunta apertura de las negociaciones secretas y decayó desde entonces.)
Por último, el dictamen del ex fiscal reproduce conversaciones telefónicas de una persona a quien identifica como Allan Bogado, “que responde a la Secretaría de Inteligencia de la Presidencia de la Nación. Se trata de una persona con acceso al entorno presidencial que cuenta con información privilegiada, incluso sobre la salud de la señora presidente, y que ha declarado su simpatía por el régimen iraní”. Agrega que ha transmitido informaciones secretas y protegidas por la ley de Inteligencia a agentes de una potencia extranjera y en quien la señora presidente ha confiado para llevar adelante parte del plan de impunidad. La que menciona es reducida por el propio Bogado al carácter de “chisme”. En febrero de 2003 dice que habría sabido “en la casa” (Nisman interpreta que es la SI) que Interpol estaba por levantar las alertas rojas. El ex fiscal también menciona como inventor de una “verdad falsa” que se instalaría en el expediente para liberar de culpa a los iraníes, al ex juez y ex fiscal Héctor Yrimia.
(Ante una consulta de Lijo, el Secretario de Inteligencia Oscar Parrilli respondió que ninguno de ambos “pertenecen ni han pertenecido como personal de la planta permanente, contratado, de gabinete ni personal transitorio”. Agregó que en noviembre, la Secretaría denunció por tráfico e influencias a Bogado, “quien no siendo personal de este organismo se presentaba ante funcionarios de la Aduana como agente de esta Secretaría”. La causa está en el juzgado federal del juez Luis Rodríguez. Además, hace dos años la SI ya había negado que Bogado trabajara allí ante una consulta de otro tribunal.)
En esta primera lectura rasante de la denuncia, nada parece más inquietante que una grabación de Khalil, en la foja 45 sobre una “persona que laburó con Irán... cuando Irán mató acá”, y otra en la que dice que Emilio Pérsico “siempre tuvo el discurso de que nosotros fuimos... y está bien hecho así... dice él. Es la pelea”. Los puntos suspensivos son de Nisman. Para quienes creen en la pista iraní, será un aliciente para continuar la labor de Nisman en el expediente por el atentado.
Una curiosidad reveladora del apuro con que realizó Nisman el último dictamen de su vida: pese a que interrumpió sus vacaciones para terminarlo y presentarlo, no solicitó la habilitación de la feria a la jueza María Servini, quien lo rechazó por carencia de elementos probatorios.
http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-264415-2015-01-21.html
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Miércoles, 21 de enero de 2015 | Hoy
EL PAIS › LA SI COMUNICO QUE NO FORMAN PARTE DEL ORGANISMO DOS SUPUESTOS AGENTES DENUNCIADOS POR EL FISCAL NISMAN
“No pertenecen ni han pertenecido” a la SI
La respuesta provino del titular de la ex SIDE Oscar Parrilli, ante un pedido del juez Ariel Lijo. A partir de ese hecho se difundió la denuncia completa que había hecho Nisman, que no arroja importantes revelaciones.
Por Raúl Kollmann
La Secretaría de Inteligencia (SI), a cargo de Oscar Parrilli, le hizo saber al juez federal Ariel Lijo que las dos personas mencionadas por el fiscal Alberto Nisman como integrantes de la SI “no pertenecen ni han pertenecido (a la ex SIDE) como personal de la planta permanente, contratado, de gabinete ni personal transitorio”. Se trata de Ramón “Allan” Héctor Bogado y el ex juez Héctor Yrimia. En el escrito, Parrilli le notifica a Lijo que Bogado tiene dos causas por tráfico de influencias, ya que se hizo pasar por integrante de la SI ante la Dirección de Aduanas y ante un particular en un expediente por extorsión. Una causa es de 2013 y la otra de 2014. Fuentes oficiales informaron a este diario que el tal Bogado no tiene ninguna relación con el Poder Ejecutivo ni ocupa cargo alguno. Tras la desclasificación, por orden de la Presidenta, de la identidad del supuesto agente, el juez Lijo resolvió publicar la totalidad de la denuncia de Nisman en el Centro de Información Judicial (CIJ), un resorte que depende directamente del titular de la Corte, Ricardo Lorenzetti.
Antes de su muerte, Nisman había dicho que no quería dar a conocer las 300 páginas de su denuncia contra CFK, el canciller Héctor Timerman, el diputado Andrés Larroque, el dirigente de Miles Luis D’Elía, el de Quebracho Fernando Esteche y el ciudadano argentino con públicas posturas pro-iraníes Alejandro “Yussuf” Khalil. El argumento de Nisman para no publicar el texto era que incluía los nombres de agentes de inteligencia involucrados.
El domingo Página/12 dio a conocer que el Ejecutivo desclasificaría la identidad de cualquier agente requerido por Nisman. Eso se concretó el lunes: el titular de la SI, Parrilli, le hizo saber al juez la decisión presidencial. A raíz de ellas, el juez Lijo, ya de regreso de sus vacaciones, le envió un oficio a Parrilli pidiéndole que la SI diga si Bogado e Yrimia trabajaron o trabajan para la central de inteligencia. En su respuesta, Parrilli le dijo al juez que ninguno de los dos integró la SI e incluyó un dato de importancia: que Bogado ya fue denunciado dos veces por tráfico de influencias a raíz de que se hacía pasar por agente de la SI supuestamente para hacer algún negocio. En un caso, ante la Aduana, lo que fue denunciado por la propia SI, con lo que se formó una causa judicial que tramita en el Juzgado Federal de Luis Rodríguez. La calificación es “averiguación de delito”. En agosto de 2013, el Tribunal Oral Criminal Nº 1 también se dirigió a la SI para preguntar por Bogado. Según parece, también en ese caso se hizo pasar por agente en un expediente que tenía que ver con una extorsión. Ya en ese momento se le informó al TOC 1 que Bogado “no pertenece ni ha pertenecido al organismo como personal contratado ni como personal de planta permanente”.
En su escrito dirigido a la SI, Nisman dijo que se debía identificar a los agentes que hablaron con cuatro celulares. Los cuatro números correspondieron a Khalil, aunque no los tuvo todos al mismo tiempo, sino sucesivamente. Y las escuchas se hicieron durante dos años y medio, es decir 30 meses.
En el texto completo de la denuncia que se conoció ayer no hay novedades importantes. Todo va en el mismo sentido que los resúmenes que entregó Nisman la semana pasada. Pero ahora se agrega que los que él menciona como agentes no son agentes.
Anoche se iniciaba una polémica por la publicación de la denuncia, en el CIJ, bajo el paraguas de la Corte. Fuentes judiciales recordaban que por muchísimo menos el juez Claudio Bonadio pretende imputar al fiscal Carlos Gonella por violación de secreto. Gonella ni siquiera publicó una denuncia, sino apenas un tuit en el que se refería a la publicación.
Algunas de las transcripciones de las escuchas de Bogado –que según escribió Nisman “ha jugado un rol por demás relevante”– son hasta cómicas y finge una familiaridad con la Presidenta que no tiene y que se basa en decirle falsedades a Kahlil. Es una especie de Superagente 86.
Por ejemplo, hace alardes diciéndole a Khalil “la jefa está con gripe” o “tiene un coágulo” que se le formó haciendo gimnasia, cuando es público que el episodio del coágulo tuvo que ver con un golpe. Pero además, Bogado afirma “esto está cerrado muy arriba”, sin que se aporte una sola prueba de que Bogado se haya encontrado con nadie o que conociera a nadie.
Para Nisman es relevante que D’Elía le dijera a Khalil “salgo del Ministerio, estuve con Julio y no se puede hacer nada si no firman el Memorándum”. De ello, el fiscal saca la conclusión que la familiaridad de D’Elía con De Vido está probada, cuando no está claro que haya estado realmente en el Ministerio de Planificación ni mucho menos que haya hablado con el titular de la cartera.
De la misma manera se toma como prueba que en una conversación con Khalil, D’Elía sostenga que “salgo de la Rosada”, sin que ni siquiera se aporte evidencia de que hubiera estado en la Casa de Gobierno, algo que es habitual en el dirigente de Miles que concurre a buena parte de los actos. Pero no hay prueba alguna de que haya estado con la Presidenta o que las cosas que menciona provengan de un diálogo con la mandataria.
Para más, ninguna de las cuestiones que supuestamente se pactaron terminaron concretándose.
- Al ex juez Yrimia se lo vincula con el plan de plantar una pista falsa a la que llaman “fachos locales”. Consistía en echarles la culpa del atentado a sujetos de la derecha vernácula. Nada de eso existió en la causa ni se le presentó a Nisman, quien debía recibir o tratar cualquier cosa referida al ataque contra la AMIA. Tampoco hubo notificación alguna al juez de la causa Rodolfo Canicoba Corral.
- La primera parte de la denuncia gira en torno del supuesto acuerdo para que se levanten las órdenes de captura con alertas rojas. Ya el ex secretario general de Interpol derrumbó esa parte del escrito de Nisman: “Lo que dice el fiscal es falso. Nunca el canciller Héctor Timerman ni ningún funcionario argentino hizo gestiones o sugirió que se levanten las alertas rojas. Todo lo contrario, en cada conversación me hicieron saber su compromiso ciento por ciento con el mantenimiento de las alertas rojas”, sostuvo públicamente y ante este diario el norteamericano Ronald Noble, quien encabezó Interpol desde 2000 a 2014.
- D’Elía, Esteche, Bogado y Khalil hablan del acuerdo comercial entre Argentina e Irán: se cambiaría petróleo iraní por granos argentinos. Esto no ocurrió. No hubo tal acuerdo. Pero, además, hoy en día, el comercio con Irán lo hacen los privados: el 80 por ciento es soja y el principal proveedor de Teherán es el grupo Grobo.
A esto se suma ahora que los dos espías denunciados, según la SI, no lo son. Y, por lo menos en el escrito de Nisman, no se aporta ninguna evidencia de que efectivamente trabajen para la ex SIDE.
En el texto hay algunos argumentos llamativos. Por ejemplo, se da por probado que existían negociaciones entre el gobierno argentino y el iraní por las siguientes cuatro razones:
- Que cuando el periodista Pepe Eliaschev dijo que había negociaciones, Timerman lo trató de “pseudoperiodista”. Se recuerda que Eliaschev afirmó que los cancilleres se vieron en Alepo, Siria, donde supuestamente Timerman estuvo en forma secreta. Sin embargo, la presencia del canciller fue pública, al punto tal que hubo un cable de Télam cubriendo la información.
- Que en el 17º aniversario del atentado, en julio de 2011, la Cancillería de Irán sacó un comunicado rechazando cualquier participación en el atentado. Lo que para Nisman constituyó una prueba del “pacto de impunidad” es que la Argentina no contestó a aquel comunicado.
- Que el embajador de la Argentina ante las Naciones Unidas no dejó su banca cuando habló el presidente de Irán, Mahmud Ahmadinejad, ante la Asamblea General de 2011. En la Cancillería sostienen que lo importante es que se ausentó la Presidenta de aquel discurso y que, en todo caso, no es la prueba de un pacto de impunidad, sino decisiones políticas.
- Que en 2012, AMIA y DAIA no fueron invitados a viajar a las Naciones Unidas. Según la Cancillería es falso. En la única ocasión en que las instituciones no viajaron fue en 2013, porque coincidía con Rosh Hashaná y Yom Kipur.
Las bases de la denuncia son de ese estilo. Se involucra a Andrés Larroque porque hay una escucha telefónica en la que D’Elía le dice a Khalil que estuvo con Larroque y que éste le dijo que no vaya a una manifestación “porque va a ser copada por los troskos”. En otra ocasión Khalil afirma que “vengo de La Matanza de hablar D’Elía y Larroque que tenían un mensaje para darle al gobierno (de Irán). Estoy yendo a la casa del embajador en Martínez”. No hay ninguna escucha a Larroque mismo, ninguna oportunidad en que hable con Khalil, ninguna prueba de la existencia de aquel encuentro y todavía menos que se haya llevado a cabo una reunión por orden presidencial.
Del mismo tenor es otra supuesta prueba presentada en la denuncia. Se dice que existe un texto del ex canciller iraní Alí Akhbar Salehi supuestamente dirigido al presidente de su país, en que dice “Argentina no está más interesada en resolver aquellos dos atentados, pero en cambio que quiere mejorar sus relaciones económicas con Irán”. No hay copia, no hay nada de ese documento, sólo dichos de dos periodistas claramente opositores que dicen haberlo visto. Ni siquiera hay alguna evidencia de la autenticidad de lo que les habrían mostrado. Y más allá de estos elementos, lo cierto es que no hubo acuerdo ni mejora en las relaciones económicas.
Como se sabe, Nisman considera el Memorándum “la pieza clave del plan criminal”. Lo cierto es que se trata de un acuerdo público firmado por dos cancilleres y votado por el Congreso argentino. Puede tratarse de un mal acuerdo, hasta una ley inconstitucional, pero no un delito.
Tal vez la mayor sorpresa que queda de la publicación del texto completo de la denuncia de Nisman es que no existen las fabulosas escuchas que se preanunciaban. Son unas pocas, todas a Khalil, y con intervenciones de protagonistas que han manifestado públicamente su simpatía con el régimen iraní como D’Elía o Esteche. Un ex juez que participó de una pista de “fachos locales” que nunca se presentó. Un espía, “Allan”, que la SI había denunciado porque no es del organismo y trató de hacerse pasar por espía en dos oportunidades anteriores.
La lectura de la totalidad del escrito no cumplió con las expectativas de que incluiría escuchas sorpresa o pruebas inesperadas. Después de que Ronald Noble lo desmintiera; que el juez Rodolfo Canicoba Corral dijera que “la denuncia del fiscal tiene nula o escasa validez probatoria”, todos los que conocían la presentación completa sabían que el fiscal tenía muy poco para defender su denuncia.
raulkollmann@hotmail.com
http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-264414-2015-01-21.html
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ENERO 19, 2015 AMIA. Otra vez: tragedia, confusión, mentira e interrogantes.
La muerte de una persona, siempre causa dolor y pérdida entre sus seres queridos, y consternación en el resto. El suicidio provoca, además, en todos los casos, primero: estupor, y después: interrogantes. ¿Qué fue lo que llevo a una persona a tomar la terrible decisión de quitarse la vida?.
En el caso del ¿suicidio? Del Fiscal a cargo de la causa AMIA, Alberto Nisman, no sólo hay estupor e interrogantes, sino que además una historia demasiado larga, demasiado pesada, demasiado dura, y por sobre todas las cosas, muy sórdida. La tragedia del atentado terrorista más grande que se produjo en la Argentina.
En lo personal me retrotrae a épocas pasadas y también duras: el 18 de julio de 1994 era Diputada Provincial en Santa Cruz y Convencional Nacional Constituyente en Santa Fe por mi provincia. Florencia, mi hija, recién había cumplido 4 años y Máximo estaba finalizando la secundaria. Viajaba todas las semanas a Santa Fe, y aquel lunes 18, el horror modificó todas nuestras rutinas.
Tampoco puedo olvidar que dos días después del atentado, me entero en Santa Fe que el 20 de julio, y con motivo del atentado, se había creado la Secretaría de Seguridad y nombrado al frente de la misma al Brigadier Andrés Antonietti.
Confieso que al enterarme de esa designación, un frío me corrió por la espalda. Aún recordaba nítidamente a esa persona. En 1980, durante el mes de noviembre en Río Gallegos, colocaron en nuestro estudio jurídico un artefacto explosivo de relojería y, además, rompieron todos los caños de gas de los calefactores dejando fluir el mismo y convirtiendo a nuestro estudio en una gigantesca bomba, que de haber detonado hubiera causado un verdadero desastre. Sólo un milagro permitió que eso no sucediera.
El Sr. Antonietti, en esos momentos, creo que era vice comodoro y segundo jefe de la Fuerza Aérea que gobernaba la Provincia de Santa Cruz. Habíamos mantenido un breve intercambio telefónico que terminó cuando le corté el teléfono. En ese momento nuestro estudio llevaba juicios contra contratistas de obra pública de dicha fuerza y concesionarios de servicios de la Agrupación Aérea. Me veo todavía, después de tanto tiempo, prestando declaración ante el Oficial Instructor de la Policía y recolectando firmas de repudio para una solicitada por el atentado.
Y recuerdo también, una memorable entrevista con el entonces Jefe de Policía, un Tte. Coronel de apellido Claro, ya que era el Ejercito el que manejaba la seguridad y la inteligencia. Con él mantuve una conversación tensa, por mis declaraciones, que involucraban a un Oficial de otra fuerza y nuestra decisión de publicar una solicitada. Si, aunque parezca mentira, no se aceptaba ni siquiera la publicación de solicitadas denunciando atentados.
Lejos estaba de pensar en esa oportunidad (año 1980), que la explosión en la AMIA me devolvería al Brigadier Antonietti, 14 años después, con el cargo de Secretario de Seguridad de los Argentinos. Y más aún lejos estaba de imaginar que en 1996 iba a formar parte, como Senadora Nacional y luego como Diputada, de la Comisión Bicameral de Seguimiento de los atentados de la Embajada y AMIA.
Mi participación, que se extendió hasta la finalización de la Comisión en el 2001, estuvo signada siempre por honrar la memoria, encontrar la verdad y que se haga justicia. Los primeros tiempos nos fuimos interiorizando de los hechos, de las circunstancias, de la tragedia. El testimonio de los familiares, de testigos, etc… Luego comenzaron a desfilar por la Comisión todo tipo de personajes, hipótesis, teorías, al mismo tiempo que cada vez más crecían las contradicciones, las falencias, los ¨errores¨. Más tarde, y en plena campaña política presidencial: el plantar pruebas, la desaparición de otras. En fin, la confusión, la tergiversación, el ocultamiento o la ¨aparición¨ de ¨pruebas¨, como método permanente.
Cada vez más en lugar de aclarar, todo se oscurecía. Se complicaba y crecía la sensación, al menos en mí, de estar en un teatro de operaciones de la política nacional e internacional, en el que a pocos le importaban las víctimas y mucho menos la verdad. Tal cual lo declaré más tarde como testigo en el Juicio Oral.
La tensión crecía y las discusiones también, y mi percepción de estar frente a la ¨fabricación de un Juicio¨ fue creciendo hasta transformarse en convicción. Ocurre entonces un hecho determinante como fue la memorable reunión donde declaró el Dr. Claudio Lifschitz, quien fuera Secretario del Juez Juan José Galeano y diera cuenta de las graves irregularidades cometidas por el Juez y varios de sus funcionarios.
En esa declaración, que duró horas, fue como si de repente todas las piezas de un rompe cabezas que no podía armar se unieran para llegar a una sola conclusión: estábamos ante el fraude material y procesal más importante del que se tenga memoria. Tan importante fue esa declaración, que a raíz de la misma se inicia una segunda causa por encubrimiento contra los funcionarios que se desempeñaban en la época del atentado.
Podría contar numerosos hechos y discusiones, pero todo se condensa en el 3er informe de la comisión, que firmé en soledad y con disidencia total, afirmando: que ya no tenía dudas. Que nada de lo hecho y actuado por el Juez Galeano pasaría por la prueba del Juicio Oral y Público. Ya se sabe, los papeles aguantan cualquier cosa. Las pruebas son otra cosa.
Desgraciadamente no me equivoqué. En el año 2004 el Tribunal Oral Federal nro. 3 demolió, literalmente, el expediente de Galeano y todo volvió a fojas cero, en la causa principal.
Sin embargo, en el año 2000, se inicia formalmente la causa de encubrimiento a raíz de las declaraciones públicas del Dr. Lifschitz. La causa estuvo paralizada durante años y el Juez a cargo Claudio Bonadío fue apartado de la misma, recayendo la misma en el juzgado del Dr. Lijo. Hoy, después de casi ¡15 años! de iniciada la causa de encubrimiento y 12 excusaciones de magistrados, se presume que ¨posiblemente¨ (el encomillado no es casual) se inicie el juicio oral y público en el mes de Junio de éste año.
Los imputados son:
1) Juan José Galeano (ex juez): por los delitos de peculado – malversación de caudales públicos, coacción, falsedad ideológica de documento público, privación abusiva de la libertad, encubrimiento, violación de medios de prueba y prevaricato.
2) Hugo Alfredo Anzorreguy (ex Secretario de Inteligencia): por los delitos de peculado, encubrimiento, abuso de autoridad y falsedad ideológica de documento público.
3) Eamon Gabriel Müllen y José Carlos Barbaccia (ex fiscales): por los delitos de privación abusiva de la libertad agravada, peculado y coacción.
4) Carlos Alberto Telleldín (reducidor de autos), Víctor Stinfale (abogado), Ana María Boragni (pareja de Telleldín), Rubén Ezra Beraja (ex Presidente de la DAIA), Patricio Finnen (ex agente de la SIDE): Por el delito de peculado.
5) Carlos Saúl Menem: por los delitos de encubrimiento, falsedad ideológica, violación de medios de prueba y abuso de autoridad.
6) José Alberto ¨el fino¨ Palacios (ex PFA): por los delitos de encubrimiento, abuso de autoridad y violación de medios de prueba.
7) Juan Carlos Anchézar (ex Subsecretario de Inteligencia): por los delitos de encubrimiento, abuso de autoridad y falsedad ideológica.
8) Carlos Antonio Castañeda (ex PFA): por los delitos de encubrimiento, abuso de autoridad, violación de medios de prueba y falsedad ideológica.
Resta indagar a un grupo de Secretarios de Galeano y al Dr. Carlos Corach quien fuera sobreseído por el Juez Lijo, pero revocada dicha sentencia por la Cámara de alzada.
Curiosa y sugestivamente, cuando está a punto de iniciarse el juicio oral y público por encubrimiento, largamente demandado por la sociedad en general y los familiares en especial, surge el intento de convertir al Gobierno que más ha hecho por el esclarecimiento del atentado, no sólo en apertura de archivos, relevo del impedimento para declarar por parte de agentes de inteligencia, asignación de recursos humanos y económicos como nunca antes había contado la investigación. Reclamos, presentaciones y actuaciones en el orden internacional y ante la ONU sin precedentes, que ningún otro Presidente había hecho.
Repito, curiosa y sugestivamente se intenta convertir, 21 años más tarde, en encubridores por tratar de que se le pueda tomar declaración a los imputados iraníes mediante un Tratado Internacional aprobado por Ley del Congreso.
Me parece que es demasiado. No se puede violar la ley con la aprobación del Congreso. No se puede violar la ley cuando lo que se quiere es que declaren los imputados, sobre todo porque es la única manera de que la causa salga del estancamiento y retroceso de casi 21 años. O acaso no se recuerda cuando en cumplimiento de las alertas rojas logradas durante nuestro Gobierno contra los iraníes acusados fue detenido por Interpol en Londres, el ex Embajador iraní ante Argentina Heidi Soleimanpour, y la justicia inglesa lo liberó por falta de pruebas debiendo pagar la Argentina USD 25.000 de indemnización.
Podría mencionar las recientes declaraciones del ex Director General de la Interpol que intervino en toda la etapa de las alertas rojas u órdenes de detención o del Departamento Legal que opinó sobre el Memorándum, diciendo que era conveniente para el esclarecimiento del atentado.
Pero creo que los más importante es advertir que se intenta hacer con el Juicio de encubrimiento lo que se hizo con el juicio principal 21 años atrás: desviar, mentir, tapar, confundir. Si en aquel juicio ¨desaparecían¨ los cassettes que probarían que la SIDE estaba al tanto de que se estaba preparando un atentado, ahora ¨aparecen¨ cassettes de personajes públicamente simpatizantes de Irán a los que ni siquiera es necesario intervenir un teléfono para saber lo que hacen o lo que piensan. Basta con encender la radio y escucharlos, o mirar televisión y leer los diarios.
Y aquí es donde comienzan los interrogantes:
¿Quién fue el que ordenó volver al país al Fiscal Nisman el día 12 de Enero, dejando inclusive a su pequeña hija sola en el aeropuerto de Barajas, interrumpiendo vacaciones familiares y licencia en el trabajo que habían comenzado el 1ro de Enero y debían finalizar más allá del 20?
¿Quién puede creer que alguien que tenía tan grave denuncia institucional contra la Presidenta, su Canciller, que profesa la Fe Judía y es Judío, o contra el Secretario General de una organización juvenil que cuando ocurrió el atentado estaba en 5to año del secundario, se fue de vacaciones y de repente las interrumpe y en plena feria judicial, sin avisarle al Juez de la causa presenta una denuncia de 350 fojas que evidentemente debía tener preparadas con anterioridad?
¿O será que alguien se las dio cuando volvió? Que por una de esas raras casualidades es al día siguiente de la marcha en Francia por los actos terroristas en ParÍs.
¿Es casualidad también que ese mismo día 12, que el fiscal regresa imprevistamente al País, que el diario Clarín titula: Más de 4 millones de pie contra el terror en Francia?

¿Es casualidad que al día siguiente, martes 13, y casi secuencialmente el mismo diario titule en su tapa: “Timerman recibió orden de no asistir a la gran marcha en París”? Desmentida por la presencia del Canciller y nuestra Embajadora en la marcha.

¿Es casualidad que el miércoles 14 el fiscal presenta ¿su? escrito de 350 páginas sin avisarle al Juez Canicoba Corral, Juez de la causa principal, y directamente las remita al Juez Lijo? Sí, el mismo que sobreseyó a Corach por encubrimiento.

¿Es casualidad que la 3ra tapa secuencial de Clarín sea precisamente este hecho?
¿Cómo pueden decir que el fiscal volvió porque temía que la Procuradora Fiscal lo removiera de su cargo si el propio Nisman admitió, nada más ni nada menos que en TN (el cable del monopolio y feroz detractor de la Procuración), que la Dra. Gils Carbó lo llamo para ofrecerle más protección y si necesitaba más custodia.
Como decía al principio: interrogantes que el Poder Judicial DEBE investigar, como también el hecho que sea un empleado de la fiscalía el que le suministra el día sábado el arma calibre 22 que le provoca la muerte. ¿Para defensa? ¿Un arma calibre 22? Cuando el fiscal vivía en la Torre Le Parc de Puerto Madero, con sistemas de vigilancia inteligentes, con códigos de ingreso, monitoreo de cámaras y custodia constante de Prefectura, y contaba además con custodia propia de 10 agentes de la Policía Federal.
Hoy más que nunca, no se debe permitir que una vez más se intente hacer con el juicio de encubrimiento lo que ya se hizo con la causa principal. Porque se descubrirá a los autores del atentado cuando se sepa quiénes los encubrieron. Porque los delitos no tienen razones, sólo tienen móviles, y en Argentina todavía debemos explicar lo más obvio y simple.
Creo que los argentinos nos merecemos no ser tan subestimados en nuestra inteligencia y mucho menos cuando 85 víctimas y sus familiares todavía esperan justicia después de 21 años.
Dra. Cristina Fernández de Kirchner
Presidenta de la Nación Argentina
http://www.cfkargentina.com/amia-otra-vez-tragedia-confusion-mentira-e-interrogantes/