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¿El fondo o las formas?
¿El fondo forma parte de las formas o las formas forman parte del fondo de la cuestión?
¿El fondo o las formas?
¿El fondo forma parte de las formas o las formas forman parte del fondo de la cuestión?
Guantes, cascos y crímenes de lesa humanidad...
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PERFIL.COM
Fontevecchia apoya a Magnetto
PERFIL.COM
DOM 15 de agosto de 2010.14:35 Buenos Aires:
Apoyo a Magnetto
Por Jorge Fontevecchia | 14.08.2010 | 22:43
1990-2010. Veinte años no es nada sólo para el tango. Mr. Clarín a comienzos de la década pasada y hoy.
Si el estilo es la persona, como decía Proust, este Magnetto de hoy no es la persona que yo conozco. El que yo conocí en los albores del menemismo valoraba a los demás por su capacidad de reserva (“ése come callado”, era su elogio), pagaba en los restaurantes en efectivo para no dejar registro de su paso, transitaba fuera del circuito (iba de vacaciones a San Luis en auto), era socialmente fóbico y trabajaba hasta medianoche.
El que yo conocí en sus años de expansión y conquista, a principio de los 90, trataba de seducir con el objetivo de que Editorial Perfil fuera su Pol-ka o Ideas del Sur de las revistas. Mi relación con él no era estrecha, ni mucho menos –compartíamos una comida una vez por año– y menos aún después de que el diario PERFIL tuvo que cerrar en 1998 porque –si bien ésa no fue la causa de nuestro fracaso– Clarín no se privó de abusar de su posición dominante.
Algo cambió en su vida al inicio de esta última década: se separó, se puso a dieta (ravioles de espinaca era su muletilla) y se mudó a la exclusiva avenida Alvear, justo frente al Jockey Club. En 2002, cuando la economía del país explotó y todas las empresas de medios pasaron a ser insolventes, las penurias compartidas más su final aceptación de que nunca sería vendedor hicieron que retomáramos el contacto. Recuerdo un día que vino a almorzar a Editorial Perfil y me confesó: “Hace meses que casi no duermo”. Y otro, cuando me sorprendió con un llamado telefónico para “felicitarme” por algo que yo hacía y molestaba mucho a Julio Ramos. “Te envidio”, me dijo risueño.
Pero fue breve esa impasse: cuando poco después se descubre su cáncer de garganta, su director de Asuntos Institucionales, Jorge Rendo, pidió que no se publicara esa información. Se le explicó que si la vida del conductor de la mayor empresa de medios del país estaba en riesgo, no se podía ocultar una información de tanta importancia. PERFIL difundió la noticia y aunque imagino que hoy Magnetto ya habrá comprendido lo utópico que resultaba su pretensión de que no trascendiese su enfermedad, desde entonces quedó severamente enemistado.
Hago este racconto introductorio para que al lector le quede claro que PERFIL apenas comparte con Clarín la tensión de la competencia. Además, este diario ha sido víctima y crítico del abuso del monopolio de Papel Prensa desde mucho antes que Kirchner descubriera el tema, y de la fusión de Multicanal con Cablevisión y de algunas prácticas corporativas de las distintas redacciones de los medios del Grupo Clarín. Pero una cosa es marcar esas diferencias y otra es justificar la violencia que Guillermo Moreno ejerce sobre los accionistas de Papel Prensa.
Sería miope alegrarse por conveniencia de las desventuras de un competidor, disimulando el daño que le hacen al país actitudes como las de Moreno. Es indignante ver –y por tramos sólo oír– en el video de la última reunión de directorio de Papel Prensa, que un secretario de Estado les diga: “Vení vos, y vos, tarambana” a accionistas de los diarios Clarín y La Nación, o que concurra con matones, quienes además de amedrentar tenían como fin expreso tapar la cámara que dejaba registro audiovisual de la sesión.
El argumento kirchnerista sobre que los guantes de box y cascos que Moreno repartió durante la reunión eran un chiste, o que “finalmente nadie salió herido”, o que “se horrorizan por tan poco y no por las torturas que sufrieron los anteriores accionistas durante la dictadura”, son maniqueos, primitivos y salvajes. Eventuales crímenes mayores no justifican otros menores y las amenazas de violencia son una forma de violencia, más inadmisibles aún proviniendo de funcionarios del Estado. Si algunos de los accionistas de Papel Prensa hubieran cometido delitos, deberían ser los jueces y no una patota del Gobierno quienes los escarmentaran.
Así como desde esta página se criticó a Clarín por pasar de una actitud oficialista a otra opositora en función de sus propios intereses, deseo resaltar la mayor pluralidad que se percibe en los medios del Grupo en este momento de mayor persecución.
Y testimoniar la simpatía que me produce la fortaleza de espíritu de quien, después de soportar los cruentos tratamientos que le impone su enfermedad, y más allá de que lo asistan o no razones, asume personalmente la conducción del conflicto. Magnetto hablando ante sus principales periodistas (ver página 2) parece haber lucido como un veterano general que, con las cicatrices del paso del tiempo, cautivó a muchos de sus lugartenientes que ni siquieran lo conocían.
Este no es el Magnetto que yo conocí, el que le asignaba al oscurantismo un carácter de sublime. Luce como alguien normal, con aciertos y errores (como lo fueron esa cena con el Peronismo Federal y Macri que tanto daño le hizo al anfitrión como a los invitados; o no haber promovido que se conociera el ADN de los hijos adoptivos de Ernestina de Noble antes de que el Gobierno lo convirtiera en una bandera) pero ya no es el hombre que hace un culto del misterio, como Yabrán, con quien injustamente se lo pretende comparar.
Esta persona está muy lejos de ser un santo. Muy lejos. Pero aun con todo lo que sus presiones me hicieron padecer, nunca me resultó el monstruo diabólico que pretende exhibir Guillermo Moreno.
Una manifestación de solidaridad tiene más valor si no proviene de un aliado sino de un competidor al que Clarín ha afectado, como es el caso de PERFIL. Desde esta posición es que deseo testimoniar hoy mi apoyo a Magnetto
http://www.perfil.com/contenidos/2010/08/14/noticia_0024.html
VER MAS ABAJO NOTA:
el ceo de clarin levanta el perfil
Magnetto aceptaría reunirse con los Kirchner, pero no volvería a creerles
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Papel Prensa y las torturas a Lidia Papaleo
Publicado el 6 de Agosto de 2010
MAS INFO ABAJO
Papel Prensa y las torturas a Lidia Papaleo
“Una verdad que estuvo oculta 27 años”
Publicado el 6 de Agosto de 2010
Por Cyntya Ottaviano Editora de Investigaciones. Juan Alonso Editor de Policiales.
Primero se lo advirtieron: “Vendé Papel Prensa porque te costará la vida.” Después se lo aseguraron: “Firme o le costará la vida de su hija y la suya.”
Lidia Papaleo y su familia supieron que no había alternativas. El primero en advertirle la cercanía del abismo fue un hombre de negocios mexicano, Gabriel Alarcón, el segundo fue otro hombre de negocios, esta vez argentino, Héctor Magnetto, el actual CEO del Grupo Clarín, que según ella, la amenazó en Buenos Aires.
Lidia Papaleo y su familia supieron que no había alternativas. El primero en advertirle la cercanía del abismo fue un hombre de negocios mexicano, Gabriel Alarcón, el segundo fue otro hombre de negocios, esta vez argentino, Héctor Magnetto, el actual CEO del Grupo Clarín, que según ella, la amenazó en Buenos Aires.
La viuda de David Graiver pudo contar su verdad 27 años después. Lo hizo frente al “temible” secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno. El actual gobierno dará a conocer su verdad en pocos días. Tiempo Argentino lo hizo desde el domingo 6 de junio, en una saga de cinco notas, después de una investigación periodística que llevó tres meses, en la que consultó archivos públicos y privados, nacionales y extranjeros, y entrevistó a más de 20 personas. ¿La conclusión? La alianza de las tres fuerzas, lideradas por Jorge Rafael Videla, Eduardo Emilio Massera y Orlando Ramón Agosti, y los tres diarios: Clarín, La Nación y La Razón, que hostigaron, humillaron, cercaron y torturaron a Lidia, a sus familiares y a su entorno para comprar Papel Prensa a precio vil. Para consolidar sobre columnas de sangre y mentiras un monopolio que todavía hoy está en pie. Por la misma razón por la que nos ocultaron 30 mil desaparecidos. Por el que asfixiaron miles de voces periodísticas de todo el país. Por el que todavía hoy nos cuesta llegar a la verdad. A la verdad necesaria como la democracia que queremos respirar. A la libertad de prensa que algunos reclaman, pero no quieren dar. Hubo crímenes de lesa humanidad: Lidia fue torturada, quemada en sus genitales, abdomen y pechos. Golpeada hasta provocarle un tumor cerebral. Aun así, en su declaración fue contundente: “Prefiero ver los ojos y la cara de mis torturadores, antes que ver los ojos de Magnetto en el momento en que me amenazaba para que firmara.” ¿Quién se atreve a contradecirla?
MAS INFO ABAJO
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Audio VICTOR HUGO MORALES
GUILLERMO MORENO
Audio VICTOR HUGO MORALES
Cascos y Picanas
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¿ NO LO PASAN EN SUS MEDIOS?
video TN
¿ HABIA QUE VOTAR CAMBIOS?
ALTERNATIVO: http://www.divshare.com/download/12281735-7d7
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En La Nación
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ACTUALIZADO: 16 08 2010
ANIBAL FERNANDEZ
13 de Agosto de 2010
ACTUALIZADO: 16 08 2010
ANIBAL FERNANDEZ
13 de Agosto de 2010
PARTE 1
PARTE 2 - PAPEL PRENSA - TWITTER
VER
La pequeña revolución mediática de Cristina Kirchner
¿DESDE ESTA NOTA CUANTAS COSAS CAMBIARON EN TORNO A LA LIBERTAD DE EXPRESION? - Jul 05
PARTE 3
http://www.youtube.com/watch?v=6mNn3V19vyc
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Los diarios intentaron quitarle al estado la mayoría en la comisión fiscalizadora
Papel Prensa: Moreno frenó una maniobra de Clarín y La Nación
Publicado el 13 de Agosto de 2010
Por Hernán Cocchi
El secretario de Comercio Interior repartió en la asamblea guantes de boxeo y cascos similares a los que utilizan los obreros de la construcción. La original iniciativa del funcionario derivó en la suspensión del encuentro por “desorden”.
Casco o guantes?”, preguntó el secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, en plena asamblea de socios de Papel Prensa. La consulta sorprendió a los accionistas que desde las 9 discutían balances, honorarios y la composición de los organismos internos de la compañía. El representante de las acciones del Estado repartió entre sus colaboradores guantes de boxeo y cascos similares a los que utilizan los trabajadores de la construcción. “Mejor, quédense parados. Las mujeres que vayan para el fondo.” Eran cerca de las 16, la discusión estaba trabada en uno de los últimos temas del orden del día. “Los guantes son para cumplir con la orden judicial que obliga a que toda pelea sea civilizada”, ironizó Moreno. Los accionistas de Clarín, La Nación y CIMECO –una subsidiaria de los “grandes diarios”– propusieron quitarle al Estado la mayoría en la Comisión Fiscalizadora, el único espacio donde los votos públicos prevalecen sobre los privados. Los representantes estatales intentaron convencer al nuevo coadministrador judicial, Martín Arecha, de que la medida sería ilegal, debido a que un decreto aún vigente garantiza que la composición debe quedar como está. Los privados insistieron.
“Estamos en fase uno, alerta naranja.” Pocos entendieron. “¡El secretario de Estado Moreno y toda su gente se bancan lo que se tengan que bancar, eso no se vota!”, gritó el funcionario, luego de pedir que se bajen las luces de la sala de reuniones del cuarto piso del edificio de la calle Bartolomé Mitre al 700. Arecha levantó la asamblea “por desorden”.
Moreno consiguió lo que buscaba: ganar tiempo hasta que el juez comercial Eduardo Malde analice si el decreto que ordena que el Estado debe tener el control de la Comisión Fiscalizadora sigue vigente. La “mayoría automática” de Clarín y La Nación se había impuesto durante toda la jornada en las votaciones. El mecanismo se repetía: el presidente de Papel Prensa, Alberto Maquieira, leía el tema a discutir. Los abogados representantes de los accionistas privados hacían su propuesta y los voceros del Estado Nacional levantaban el guante. Cuando las discusiones se empantanaban, el coadministrador judicial cerraba el debate y ordenaba la votación. Clarín, La Nación y CIMECO levantaban la mano en bloque. Moreno y el enviado de la agencia Télam se oponían. Ganaban los privados. “Hay responsabilidad de los directores en el vaciamiento que se está realizando”, denunció el funcionario.
Cuando la reunión recién había comenzado, el Blackberry de uno de los abogados presentes mostraba en su pantalla los partes que salían desde la sala de reuniones. “Ya empezó la asamblea.” La respuesta no tardó en llegar: “¿Tranquila o con kilombo K?” Se hizo el mediodía entre acusaciones cruzadas, pero en tono sereno. Moreno insistía con su teoría de las “prácticas oscurantistas” de los socios privados.
La asamblea había sido convocada luego de un cuarto intermedio acordado el 3 de junio. La convocatoria había sido pospuesta para el 1 de julio, pero el juez Eduardo Malde, que mantiene intervenida la empresa, ordenó esperar a que el nuevo coadministrador judicial, Martín Arecha, analice la situación de la compañía en la que los diarios La Nación, Clarín y el Estado Nacional son socios.
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La otra historia sobre los guantes de box y los cascos que repartió guillermo moreno
La trastienda de la reunión de Papel Prensa
Publicado el 14 de Agosto de 2010
Por Hernán Cocchi
Uno de los representantes estatales explicó a Tiempo Argentino que si el jueves la asamblea votaba la maniobra que impulsaba Clarín para controlar la Comisión Fiscalizadora, el Estado debía recurrir a la justicia y esperar seis meses. Si no se suspendía la asamblea, el Estado perdía todo tipo de poder de control dentro de Papel Prensa, al menos hasta que cambie el gobierno nacional.” Así justificó uno de los representantes estatales la puesta en escena que el jueves montó el secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, que terminó con la reunión de accionistas de la fábrica de papel de diario. Los socios privados fueron por todo. La estrategia era sacarse de encima el control que el Estado intenta ejercer sobre la empresa desde que la presidenta Cristina Fernández dispuso que el organismo encabezado por Moreno sea el representante de las acciones públicas. Habían votado, y ganado, contra la gestión de los directores, los síndicos y los funcionarios estatales; habían aprobado el balance del ejercicio 2009 sin cumplir con todos los requisitos legales y habían intentado exigirle al Estado que venda sus acciones “Clase B”. Y fueron por más. Cuando el presidente de Papel Prensa, Alberto Maquieira, leyó en el temario que debía tratarse la elección de síndicos titulares y suplentes, los representantes del Estado sabían que el operativo estaba cerca. Los abogados de los socios privados propusieron quedarse con la mayoría de la Comisión Fiscalizadora. El argumento era un decreto de 1972. Moreno abrió una carpeta y retrucó con otro decreto que los letrados no conocían. “Fue una jugada inteligente de Clarín”, explicó uno de los protagonistas de la reunión. “Suspender una asamblea es un recurso que se aprende cuando estudiás negociación en la facultad. Si se votaba, nos teníamos que ir, apelar en la justicia y esperar unos seis mesas hasta que el juez se expida”, agregó. El coadministrador judicial, Martín Arecha, había convocado a los accionistas para intentar llegar a un acuerdo que nunca se logró. Entonces, Moreno comenzó a repartir guantes de boxeo y cascos. “¡El secretario de Estado Moreno y toda su gente se bancan lo que se tengan que bancar, eso no se vota!” Arecha suspendió la reunión, pero el funcionario nacional se aseguró de que los papeles, que minutos antes había entregado al coadministrador, lleguen en forma directa al juez comercial Eduardo Malde. Ayer, el titular de la Sindicatura General de la Nación (SIGEN), Daniel Reposo, definió como “un escándalo jurídico” la reunión de accionistas de Papel Prensa y anunció que el Estado, como accionista de la compañía, presentó un escrito ante el magistrado Eduardo Malde –que mantiene parcialmente intervenida la empresa– para que “tome las acciones que tenga que tomar”. El síndico opinó que “no queda otra que tome una intervención plena, dada la conducta que están asumiendo la gente de Clarín y La Nación en forma conjunta”. Además, aseguró que los socios privados “querían imponer en todo momento la mayoría automática contrariamente a lo que dispone la Ley de Sociedades Comerciales”.
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Incidente anterior en Papel Prensa
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Otro escándalo
Amenazas de Moreno en Papel Prensa
Impidió votar e intimidó a accionistas
Viernes 13 de agosto de 2010 | Publicado en edición impresa
El secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, recurrió otra vez a la violencia: al grito de "acá no se vota" y exhibiendo guantes de boxeo y un casco impidió que una asamblea de accionistas de Papel Prensa votara una decisión a la que él se oponía.
Papel Prensa es una sociedad privada, propiedad de los diarios Clarín y LA NACION, en la que el Estado posee el 28,08 por ciento de las acciones.
Ayer, la asamblea había comenzado a las 9 y se votaron varios puntos del orden del día. Pero cuando llegó el momento de elegir a los síndicos que integrarán la Comisión Fiscalizadora, Moreno, ante la posibilidad de un resultado adverso, recurrió a los gritos y amenazas: "No hay ninguna posibilidad de modificar el órgano de control. El juez nos pidió guardar las formas. Entonces traje los guantes y el casco".
El 13 del mes pasado ya había protagonizado otro incidente violento cuando él y el jefe de la Sindicatura General de la Nación, Daniel Reposo, atacaron con un sillazo al abogado del jefe de finanzas de la empresa, Carlos Aguirre. Ese episodio motivó una denuncia penal y, además, un llamado de atención del juez comercial Eduardo Malde.
Video:Guillermo Moreno: «Acá no se vota»
Ayer, Moreno, en un tono que resultó tan irrespetuoso para los accionistas presentes como para el juez Malde, que no presenciaba los hechos, dijo: "Traje los cascos de rigor y los guantes de box para cumplir con el juez, que nos dijo que tenemos que ser gente civilizada y respetar las formas. Doy por cumplida la orden judicial con estos elementos de protección".
Y agregó: "Acá no se va a votar nada de lo que quieren los accionistas privados y nos bancamos lo que haya que bancarse".
Mientras colgaba los guantes de box en el respaldo de la silla y apoyaba el casco, ordenó apagar las luces del salón y afirmó que, excepto las mujeres, los funcionarios que son hombres debían defender su posición.
No a la votación
Uno de sus patovicas ?varios de ellos fueron nombrados por Moreno para ocupar cargos ejecutivos suplentes? advirtió que estaban siendo filmados, por lo cual tapó la cámara de video. Sin embargo, no pudo impedir que quedase registrado el audio con total nitidez.
El hecho cometido por Moreno, según los especialistas, podría considerarse una amenaza coactiva, que son las proferidas para obligar a alguien a hacer o no hacer algo, y privación ilegal de la libertad.
La empresa todavía no decidió cuál es el curso por seguir, pero en la justicia penal hay otra denuncia contra Moreno por el plan criminal que viene desarrollando, desde hace un año, para que el Estado se apropie de la empresa.
Daniel Fernández Muñoz, director por el sector independiente y testigo de los hechos, explicó: "El problema surgió cuando llegó el punto de la Comisión Fiscalizadora, donde el sector privado hizo una moción para ser mayoría".
"Esto no fue aceptado por el sector estatal y comenzó una reacción por parte de los representantes del Estado nacional. Se produjo un intercambio de ideas hasta que el administrador judicial, Martín Arecha, llamó a las partes a encontrar una solución", relató Fernández Muñoz. El directivo confirmó que "en el ínterin las luces del salón comenzaron a apagarse y Moreno dio órdenes precisas: «Las mujeres para atrás. Acá no entra ni sale nadie, vos te parás en la puerta. Acá no se va a votar por la razón o por la fuerza. Mis muchachos y yo estamos para bancarnos lo que sea»".
Según otro de los directivos que presenciaron los hechos, Moreno "estaba desencajado, hizo que los que estaban con él se pararan y comenzó a gritar". Ante esto, el administrador judicial dio por concluida la asamblea por "desorden".
Desde hace un año, el Gobierno viene desarrollando una creciente embestida contra la empresa Papel Prensa, que trascendió cuando en agosto de 2009 varios funcionarios que fueron citados por Moreno en su despacho, ante las amenazas allí proferidas, optaron por hacer pública la agresiva estrategia oficial ejecutada por el secretario de Comercio. Más adelante, el Gobierno también desplazó a los ex titulares de la Comisión Nacional de Valores y de la Sindicatura General de la Nación para nombrar a funcionarios más dóciles a sus intenciones y, además, nombró en el directorio a Beatriz Paglieri, ex funcionaria de Moreno en el Indec.
"El modelo Kirchner que intenta implementar su soldado Moreno a las trompadas es propio de una democracia empobrecida que nos acerca cada día más al modelo que utiliza Chávez para eliminar a los medios independientes " dijo ayer la diputada Silvana Giudici (UCR).
LOS HECHOS
* Asamblea de accionistas: Papel Prensa es una empresa mixta, con participación privada y del Estado. Ayer, los representantes de los accionistas mantuvieron una asamblea y votaron numerosos temas.
* Moreno: cuando llegó el momento de designar a los síndicos, para evitar un resultado adverso, Moreno decidió interrumpir la reunión. Sacó los guantes de box y amenazó a los allí presentes. "Acá no se vota nada de lo que quiere el sector privado", dijo.
* Antecedentes: desde hace un año, el Poder Ejecutivo viene desarrollando un plan sistemático para tomar el control de Papel Prensa. Moreno es el ejecutor, pero cuenta con la colaboración de otros órganos.
* A los sillazos: el mes último, Moreno y otro funcionario nacional atacaron al jefe de finanzas de la empresa y a un abogado, que lo denunciaron ante la Justicia.
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Lidia Papaleo de Gravier - PAPEL PRENSA
Lidia Papaleo de Gravier
“Tuve un tumor cerebra por los golpes que recibíl"
23-05-2010 / Tras la realización de la asamblea de accionistas de Papel Prensa del jueves pasado, la mujer relató las condiciones en que fue obligada por la dictadura militar a realizar el traspaso de la acciones de la firma. La maniobra contó con el aval de quienes serían sus principales beneficiarios: los diarios Clarín y La Nación, que junto a La Razón, pasaron a ser los dueños mayoritarios de la compañía.
Tras la realización de la asamblea de accionistas de Papel Prensa del jueves pasado, Lidia Papaleo de Graiver relató las condiciones en que fue obligada por la dictadura militar a realizar el traspaso de la acciones de la firma. La maniobra contó con el aval de quienes serían sus principales beneficiarios: los diarios Clarín y La Nación, que junto a La Razón, pasaron a ser los dueños mayoritarios de la compañía.
Guillermo Moreno: –Vamos a escuchar un minuto a la señora Papaleo de Graiver.
Lidia Papaleo de Graiver: –Creo que el interés de todos es saber cómo se hace la maniobra económica de estafa y, sinceramente, no voy a hablar de eso. Yo era una persona muy joven. Un día, se mata mi marido y regreso a la Argentina –porque me dicen que era lo conveniente–, sola con una hija de un año. Pero ya antes en México, empiezo a recibir amenazas, primero telefónicas. Allá concurrí a la Policía…
Moreno: –¿Por qué no le dicen al señor Aranda (director por Clarín y socio de ese grupo) que se acerque así escucha mejor? Se está asomando como un fisgón.
Papaleo de Graiver: –El trabajo más duro que tuve, fue tratar de salir viva de la cárcel y sin resentimientos. Conocí allí gente extraordinaria que me ayudó mucho, compañeras, gente que no estaba en mi medio. Yo no había sido militante de nada, lo único que me importaba era la psicología. Me había casado con el hombre de mis sueños del que me había enamorado a los 14 años. Volví a la Argentina y encontré que tenía que vender todos los bienes. Ayer leí en la parte principal del diario La Nación –que es el único que leo– que se referían al tema del judaísmo. Eso era real. A mí me dijeron que tenía que vender todo, absolutamente todo, a gente del país que no fuera judía.
Eduardo Alberto Lohidoy (abogado con actividad en medios de comunicación y socio del estudio Sáenz Valiente que atiende al Grupo Clarín): –¿Quién le dijo?
Papaleo de Graiver: –La gente que me vino a ver.
Lohidoy: –¿Quiénes?
Papaleo de Graiver: –Me vinieron a ver coroneles e incluso fui a ver al ex presidente de la república para que me recibiera y me ayudara a llegar a Videla por las amenazas que tenía. Y todo esto consta. Todo el que se te ocurra.
Lohidoy: –¿Eran todos militares?
Papaleo de Graiver: –Sí, militares y gente política. Fui a ver a (Ricardo) Balbín porque era amigo de mi padre y a (Antonio) Cafiero porque era amigo de mi hermano. Primero lo vi en la cárcel…
Lohidoy: –Es decir, militares y civiles.
P. de G.: –Así es. Vi a todo tipo de gente para tratar de parar toda esta situación y la amenaza de sacarme a mi hija.
Julio César Saguier: –¿Balbín y Cafiero también le dijeron que tenía que vender?
Papaleo de Graiver: –No, por eso no los nombré. Los que me decían que vendiera era gente que estaba en el poder, y todos los políticos no estaban en el poder en ese momento. También fui a ver a (Agustín) Lanusse quien me recibió muy bien porque yo había atendido a una de sus hijas. Pero todos me decían que tenía que vender y claramente a gente argentina no judía.
Cuando surgió esto de Papel Prensa fui a ver al señor (Guillermo) Moreno porque consideré que había llegado el momento de enfrentarme con la verdad. Personalmente siempre luché con la verdad y la sufrí pero no la enfrenté, en primer lugar porque viví treinta años de miedo.
En el año ’89, a nosotros nos sacaron 16 millones de dólares –que todavía no nos habían dado– para entregárselos a (Jorge) Born en un juicio totalmente insólito con comprobaciones totalmente insólitas.
Alberto Jorge Gowland Mitre (síndico): –¿La idea de Papel Prensa de quién fue?
Papaleo de Graiver. –Hay una idea general de (César) Doretti y (César) Civita a quienes yo conocí. Civita era un gran empresario y David (Graiver) se las compra y queda él solo.
Toda la gente dice que (José) Gelbard tenía que ver y en realidad es todo lo contrario. Gelbard detestaba la idea de Papel Prensa, no quería saber nada.
Lohidoy: –Cuando usted vende, ¿fue forzada? ¿En qué condiciones vende más allá de las sugerencias?
Sra. Papaleo de Graiver: –Fui forzada a vender todo. No hubo sugerencias, fue “firmás o te mato”.
Lohidoy: –¿Así decían?
Papaleo de Graiver: –Yo desaparecí y todo lo que pasó fue estando desaparecida. También firmé en La Plata estando desaparecida. Hice los careos con (Jacobo) Timerman y todo lo relacionado con La Opinión estando desaparecida, porque desde el departamento de Policía me llevaban a declarar envuelta en una manta gris, porque estaba totalmente quemada, perdí mis pechos, mi abdomen y también mis genitales durante la tortura y me operaron en la cárcel de un tumor cerebral por los golpes que recibí.
Al salir de la cárcel seguí viviendo todo esto, me siguieron amenazando, tuve que intervenir el teléfono y la situación siguió, siguió y siguió.
Lohidoy: –¿Usted vendió antes o después de que estuvo en la cárcel?
Papaleo de Graiver: –Yo vendí antes y durante. Seguí saliendo. En la cárcel ya estaba legal, me sacaban y me traían desaparecida para firmar y hacer el careo continuo. En una oportunidad fui a una casa donde había dejado las acciones de La Opinión –yo tenía todas las acciones de La Opinión–. Fui a ese lugar con un señor que era mi torturador –si bien eran varios y Darío Rojo que era uno de ellos ya murió– y estaban presentes (Miguel) Etchecolatz y (Ramón) Camps. El otro que estaba presente, que no era policía, se llama Cozzani y era el encargado de torturarnos. A mi lado murió mucha gente, incluso niños, porque traían a los padres y si no hablaban, mataban a sus niños. También violaban a todo hombre que entraba –que supuestamente era homosexual–; me preguntaban a mí, que en algunos casos sabía que eran homosexuales pero decía que no, y los violaban hasta matarlos.
Moreno: –Esta historia, los que tenemos edad, la vivimos; es una historia tremenda que me parece que es oportuno recordarla. Lo relevante de todo esto es que alguien, en ese clima, pueda apropiarse de una empresa. De los que estuvieron en esa reunión con ella algunos están vivos. Esto es la realidad. Podría contar la reunión con (Héctor) Magnetto y algunos otros que están en las oficinas. Esto es lo relevante.
Papaleo de Graiver: –Yo estaba en esa reunión. Estaban mis suegros, separados con su mi hijo, y yo estaba en otra mesa y se me acercó un señor…
Saguier: –¿Cuándo fue eso? ¿Fue durante la dictadura?
Papaleo de Graiver: –Después que llegué en junio de 1976. Mi marido murió en agosto de 1976 y yo fui a esa reunión. Estaba un señor que yo no conocía, porque yo había hablado con un señor de La Nación muy alto, Carlés…
Saguier: –Campos Carlés (presidente de Fapel S.A., el sello de goma que sirvió para firmar el boleto de compraventa de las acciones de Papel Prensa que pertenecían a la familia Graiver y Rafael Iannover).
Papaleo de Graiver: –Había hablado siempre con él. Me citaron a esa reunión. Yo siempre he dicho que me acuerdo más de los ojos y de la cara de Magnetto que la de mis torturadores. Me dijo que tenía que firmar.
Saguier: –En el momento del que usted habla, ¿estaba con Carlés?
Papaleo de Graiver: –En el momento que me habló, yo estaba sola con él. Era un lugar del diario La Nación muy grande, había un escritorio con una mesa. Mis suegros estaban por allí y yo estaba por acá. No teníamos contacto. Al día siguiente, nos reunimos de nuevo y Sofovich, que era de Clarín, me llevó a la salida y –estaba el contador mío– me dijo: “¿Usted sabe cómo fue la historia de Clarín? Usted ahora se va de acá. Tome un avión adónde pueda y que después alguien se ocupe de su hija, pero váyase ya”. Esa noche me secuestraron.
Saguier: –¿Ahí también estaba Carlés?
Papaleo de Graiver: –Yo me acuerdo de Carlés por las características físicas. Yo tuve, que me provocaron, una amnesia muy grande, sobre todo por la violencia. Los tumores que me sacaron eran coágulos que se desprendieron del cerebro a raíz de los golpes. Mi nombre de desaparecida era “La impura”, porque me había acostado con un judío.
Saguier: –¿Ustedes estaban en esa reunión?
Papaleo de Graiver: –No, ahí estaba el gordito Mitre de La Nación, Carlés, Sofovich, Magnetto. Estaban todos, pero no juntos. A mí me llevaron siempre a La Nación.
Moreno: –Los que somos mayores sabemos cómo fue esa historia. Los que son menores no saben que cuando ella dice “te llevan y te traen” es literal, porque te llevaban y te traían. Por ejemplo, cuando (Rafael) Iannover cuenta cómo lo agarraron, fue a la salida de la salida de la Bolsa de Valores. Lo agarraron con el hijo y le dijeron: “Venga: acompáñenos”, y se terminó.
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La investigación sobre la apropiación de Papel Prensa durante la dictadura
Lidia Papaleo denunció por escrito cómo fue amenazada y torturada
Publicado el 6 de Agosto de 2010
La viuda de David Graiver detalló en una carta dirigida a la Secretaría de Comercio Interior los “horrores” que padeció desde el asesinato de su marido, hasta que fue despojada por Clarín, La Nación y La Razón de las acciones de la familia.
Lidia Papaleo rompió el silencio que mantenía desde 1977. Cuando el Estado resolvió hacerse cargo de las acciones de Papel Prensa para normalizar la empresa y reconstruir la historia, la viuda del banquero David Graiver decidió decir la verdad sobre el traspaso de acciones de la compañía. Hace menos de un mes su hermano, Osvaldo, contó que Lidia no habló porque no “había plafond social, ni político.”
La apropiación de Papel Prensa durante la última dictadura es la historia de la complicidad entre el poder económico y el poder militar. El asesinato de Graiver en México, las amenazas, las “reuniones” con los ejecutivos de los diarios Clarín, La Nación y La Razón, los secuestros, las torturas y la muerte son algunos de los elementos del relato. Nombres como Héctor Magnetto, José Alfredo Martínez de Hoz y Jorge Rafael Videla se repiten en los documentos que la Secretaría de Comercio Interior recopiló para la elaboración del informe “Papel Prensa – La Verdad”, que será entregado a la presidenta Cristina Fernández la próxima semana.
A continuación, Tiempo Argentino reproduce en exclusiva la carta que Lidia Papaleo le envió al secretario Guillermo Moreno, en la que se ratifica la investigación de Cynthia Ottaviano y Juan Alonso, publicada en su edición domingo 6 de junio.
Señor Secretario de Comercio Interior / Señor Licenciado Mario G. Moreno
S/D
De mi mayor consideración:
Tengo el agrado de dirigirme a Usted, a los efectos de cursarle la presente nota, a los fines de que la misma sea considerada como un aporte a la investigación que está llevando adelante.
El presente relato comienza con la muerte de mi marido David Graiver, momento en el que vivíamos junto con mi hija menor de edad María Sol, en México. A partir de allí comencé a sufrir terribles presiones vinculadas a nuestros bienes, entre los que se encontraba Papel Prensa SA.
Debo destacar algo muy importante sucedido en la vida de mi esposo. En una reunión social en México, en la hacienda del Señor Gabriel Alarcón (uno de los más importantes hombres de negocios de dicho país), en presencia de la firmante y de su propia familia aconseja lo siguiente en forma textual: “David, vendé Papel Prensa porque te costará tu vida.” La firmante quedó sumamente sorprendida y preocupada. De ello se desprende que este fue el primer aviso que tuve acerca de la problemática de tal empresa. A partir de la muerte de David comencé a sufrir presiones, lo que me llevó al convencimiento de que se acercaban momentos muy duros, pero no de la magnitud de los que después vivimos.
Posteriormente, en viajes a Nueva York, donde había residido largo tiempo, amigos estadounidenses me aconsejaban que no retornara a Buenos Aires. Para ellos, no estaban dadas las condiciones ni tenía garantías de que las autoridades iban a ver con buenos ojos que el grupo económico se reordenara.
En ese momento, mi hija tenía 22 meses de edad, mi hermano Osvaldo, uno de mis posibles apoyos, se encontraba detenido en la cárcel de Caseros, a disposición del Poder Ejecutivo, y todo el grupo familiar estaba desquiciado por las presiones por parte de la Junta Militar.
Ante ese panorama, y porque no tenía nada que ocultar, retorné a la Argentina el 16 de septiembre de 1976, convencida que esta es mi tierra, el país de mi hija y que actuando con calma y asesoramiento podía superar el mal trance. Nada más lejos de la realidad. Apenas instalada en las oficinas centrales de las empresas, advertí que los reclamos eran diversos, realizados en medio de un clima de crisis económica de las empresas y al no haber participado de la actividad empresaria de David, no tenía suficiente conocimiento ni capacidad comercial para manejar tantos frentes de tormenta.
Inmersa en los acontecimientos descriptos, es cuando los diarios Clarín, La Nación y La Razón comienzan a ejecutar un plan destinado a apoderarse de las acciones de Papel Prensa SA, de las cuales mi esposo David era dueño en un porcentaje importante que le permitía tener el control societario de la empresa.
Además, este operativo involucraba, antes que nada, la intención de la Junta Militar de apadrinar ese despojo y no trepidaron en utilizar todos los elementos de extorsión, intimidación y amenazas a su alcance para lograr el objetivo.
Recuerdo que me contactó un intermediario, Guillermo Gainza Paz, que no era el dueño del diario La Prensa, quien me transmite la intención de compra de terceros, del paquete accionario de Papel Prensa SA.
Posteriormente, el Sr. Francisco Manrique, que había sido ministro de Acción Social de la Nación y con el cual David trabajó como Secretario General, convocó a mi cuñado Isidoro Graiver para decirle que sus amigos de las Fuerzas Armadas, me recomendaban realizar esa venta, porque el grupo Graiver era mal visto por las autoridades y que estaba siendo investigado. En circunstancias en que concurrí a darle el pésame, por la muerte de su esposa, me reiteró dicha sugerencia.
En ese contexto, me entrevisté con el ex presidente Lanusse para pedirle consejo por la situación en la que me encontraba, y me expresó que me veía mal posicionada y que solicitara una audiencia con el Tte. Gral. Videla para interiorizarlo del tema Papel Prensa SA. Aunque gestioné el pedido de audiencia por la mesa de entradas de la Casa de Gobierno, nunca obtuve respuesta.
Mientras tanto, continuaban las amenazas anónimas en las que me decían que, si no vendía, mi hija María Sol corría peligro de muerte y se agregaban otros operadores que me presionaban para concretar las ventas.
El Sr. Martínez Segovia, que era presidente de Papel Prensa SA, me citó en esos días, a un almuerzo en un hotel céntrico, para comunicarme que venía en representación del ministro de Economía Martínez de Hoz y que debía decidirme a firmar la cesión de las acciones de Papel Prensa SA. Tal decisión era impuesta desde el Ministerio de Economía del Proceso, quienes habían hecho saber que las acciones debían cederse a empresarios argentinos que no pertenecieran a la colectividad judía.
Dado los hechos que se vivían en el país, tomé conciencia que las amenazas de muerte, tanto para mi hija como para mí, eran auténticas. En ese estado de terror fui citada para el día 2 de noviembre de 1976, por la noche, a una reunión en las oficinas de La Nación, conjuntamente con los integrantes de la familia Graiver.
Encontrándonos en un amplio salón de reuniones, nos distribuyeron separadamente, de modo tal que los padres de David por un lado, Isidoro con Campos Carlés (quien invocaba ser apoderado de La Nación) por otro. Yo con Magnetto de Clarín, en otro aparte, donde coloquialmente me aseguró: “firme o le costará la vida de su hija y la suya.” No había chances.
También sabía que habían presionado al Sr. Rafael Ianover, vicepresidente de Papel Prensa SA, un hombre leal con la familia, que era depositario de acciones, como testaferro.
En la mencionada reunión en La Nación se suscribe un boleto de venta sobre el cual jamás pude opinar, no sobre el precio ni sobre los términos del mismo ni sobre la forma de pago, como tampoco ningún abogado de mi parte pudo verlo antes. Lo tuve que firmar sin siquiera haberlo leído.
Posteriormente, el asesor de menores en la sucesión de David, no autorizó la venta por considerar bajo el precio y el juez ordenó que se hiciera una tasación por el BANCO NACIONAL DE DESARROLLO, quien confirmó que el precio era por demás exiguo.
La forma de pago no permitía ni siquiera pensar que se trató de una operación habitual en el comercio, solo pagaron U$S 7000 –como primera entrega sobre un precio total de U$S 1.000.000–, destaco que ni siquiera era el 1%. Era una entrega absoluta, por nada, y sin chance de poder negociar. Todo lo que siguió en esta venta fue similar.
Quiero también destacar que era necesario que yo solicitara, como administradora del sucesorio, la autorización en dicho expediente, por tratarse de bienes de mi hija menor de edad y es por ello que siguieron ejerciendo amenazas y presiones, a través de distintos personajes que me forzaban a ratificar ese acuerdo inicial y en el correr del tiempo llegamos al mes de marzo, donde se ingresa en el sucesorio el escrito para lograr la autorización.
También deseo dejar constancia que el Dr. Jorge Rubinstein, que era el segundo de David, en los meses finales de 1976, sufrió un grave y sospechoso accidente, y que el mismo no me pareció casual porque él también estaba amenazado. Lo cual lo apartó por meses de la dirección del grupo, tareas que no pudo cumplir, quedando acéfala la conducción del grupo económico. Luego fue detenido ilegalmente, falleciendo por las torturas en cautiverio, no habiéndose nunca investigado dicha muerte.
Deseo aclarar que, cuando se realizó el inventario en el BANADE, ignoraba qué había en el interior de la caja de seguridad, pero tenía total conciencia que debía comunicar al juzgado del sucesorio todos los bienes que pertenecían a mi marido, de acuerdo a lo que le había aconsejado el Dr. Miguel Anchorena, letrado de la sucesión.
Quiero finalizar este relato, afirmando una vez más, que todo lo que ocurrió en Papel Prensa SA, a partir de mi cautiverio (14 de marzo de 1977) que nunca hasta el 20 de mayo de 2010 estuve en el lugar, ni concurrí a ninguna Asamblea. Por otra parte, durante mi desaparición con detención fui objeto de torturas que me provocaron graves quemaduras en mis genitales, abdomen y pechos, y que los golpes recibidos provocaron un tumor cerebral, el cual se me operó en la cárcel.
Todo el horror que fue mi vida después de mi secuestro es indescriptible en la serie de perversiones, vejaciones y tormentos a la que fui sometida, no obstante que deseo concluir con la presente reiterando que prefiero ver los ojos y la cara de mis torturadores, antes que ver los ojos de Magnetto en el momento en que me amenazaba para que firmara.
Sin otro particular, lo saludo atte.
Lidia Elba Papaleo
DNI 4954106
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Un adelanto de Silencio por Sangre, de Daniel Cecchini y Jorge Mancinelli, que iniciará el domingo próximo la colección de investigación periodística de Miradas al Sur.
Silencio por Sangre es un libro urgente, resultado de una larga y exhaustiva investigación –parte de la cual fue publicada por Miradas al Sur durante el último año– que aún continúa, pero escrito contra reloj.
Su objetivo es explicar cómo, durante la última dictadura, los dueños y directivos de los tres diarios más importantes de la Argentina se apropiaron, en complicidad con el Estado terrorista, de la empresa que les permitiría monopolizar la producción del papel de diario.
Esa maniobra de apropiación formó parte de la alianza estratégica entre la dictadura iniciada el 24 de marzo de 1976 y los representantes de los grupos económico-mediáticos más grandes del país. Los grupos económicos concentrados necesitaban a los militares para eliminar a la disidencia política y social que se oponía a sus intereses. Los dictadores, por su parte, exigían no sólo una prensa silenciada mediante la censura, sino medios cómplices de sus políticas y de sus acciones. Esa misión la cumplieron Clarín, La Nación y La Razón y, a cambio de ello, recibieron el monopolio del papel de diario, una suerte de dictadura contra la libertad de expresión.
Entre fines de 1976 y la primera mitad de 1977, el Grupo Graiver fue despojado ilegalmente de Papel Prensa S.A., en una operación que –más allá de sus motivaciones políticas y económicas– desnudó el feroz antisemitismo de los militares en el poder. Para lograr sus objetivos, los dictadores utilizaron presiones, amenazas, secuestros, desapariciones, torturas y asesinatos. Paralelamente –y en pleno conocimiento de la utilización de estos instrumentos del terrorismo de Estado–, los propietarios de los tres diarios crearon una empresa fantasma con la única finalidad de quedarse con las acciones de Papel Prensa que los herederos y socios de David Graiver fueron obligados a entregar.
Transferencia bajo presión. Las acciones en poder de la sucesión que la familia Graiver fue obligada a transferir eran 958.907 acciones de clase “C” y 3.800.000 acciones clase “E”, más todos los derechos de preferencia para futuras emisiones, revalúos acordados y a acordarse, “e incluso adelantos que existieren para futuras emisiones”. El precio que le fijaron a la transferencia no consentida libremente fue de 996.000 dólares. El grupo fundador, es decir David Graiver por sí y terceros, había invertido desde el mes de abril de 1972 hasta octubre de 1976, 15 millones de dólares, aproximadamente, importe que al momento de arrebatárseles a sus familiares las acciones a nombre de la sucesión, estaban incrementados por el valor comercial de la empresa. Algunas estimaciones que han dado vuelta alrededor del valor de Papel Prensa al momento de su apropiación, oscilan entre tres y cinco veces los fondos invertidos.
(…) La sola lectura del contrato muestra que se trató de un despojo, y como tal, nunca consentido. Veamos: con 7.000 dólares de seña, el pagador adquiere el título de comprador del bien que él mismo valúa en 996.000 dólares. Lo dice sin ningún atisbo de vergüenza: esos 7.000 dólares de seña tienen “el carácter de principio de ejecución del contrato, formando parte del precio y declarando expresamente ambas partes que la operación es firme e irreversible”. Dos reconocimientos fundamentales que le hace el “vendedor” al “comprador”: la operación no se podrá echar atrás y el “contrato”, gracias a esos 7.000 dólares, es ejecutable; es decir, el bien que “se vende” pasa a manos del “comprador”.
(…) La respuesta a la falsa condición suspensiva está en el numeral sexto del “boleto de venta” que le hicieron firmar a la familia Graiver: “Este contrato es transferible... sin necesidad de consentimiento ni conformidad alguna del vendedor”. Con premeditación, los apropiadores obligaron a los “vendedores” “a asistir a la Asamblea a convocarse a los efectos del artículo 9º del Estatuto de Papel Prensa S.A. y votar favorablemente con todos sus votos para aprobar la presente operación e igualmente a realizar los actos y gestiones y otorgar cuantos instrumentos fueren necesarios a los efectos del presente contrato”. Faltó la firma de Al Capone.
Operación “Amigo”. El 14 de marzo de 1977, un grupo de tareas secuestró a Lidia Papaleo de Graiver. Ese día también fueron secuestradas Silvia Fanjul y Lidia Gesualdi. Tres días más tarde fueron secuestrados Juan Graiver –padre de David–, su mujer, Eva Gitnacht de Graiver; Isidoro Graiver –hermano menor de Dudi–, y el apoderado de la familia en la sucesión, Jorge Rubinstein.
Los llevaron al centro clandestino de detención conocido como Puesto Vasco.
A principios de abril, Rafael Ianover fue citado en las oficinas del diario La Nación para entrevistarse con Campos Carlés, representante de La Nación; Bernardo Sofovich, abogado de la viuda de Noble y hombre de Clarín , y Patricio Peralta Ramos, de La Razón . Este último le exigió que les firmara la cesión de sus acciones. Antes de hacerlo –aterrorizado por la desaparición de los Graiver–, Ianover le pidió seguridades para él y su familia. “No le va a pasar nada, firme”, le aseguró Peralta Ramos.
Ianover fue secuestrado el 12 de abril de 1977. También lo llevaron a Puesto Vasco.
El objetivo de los secuestros fue que ni los Graiver ni sus socios cobraran jamás el precio vil que habían debido aceptar por las acciones.
Los operativos de que fueron víctimas recibieron un sugestivo nombre por parte del hombre que los comandó, el coronel Ramón Camps, entonces jefe de la Policía de la Provincia de Buenos Aires: “Operación Amigo”, los llamó.
Peleas entre dictadores. El tándem Martínez de Hoz-Videla confrontó con Massera. Los negocios se dirimieron al interior de la dictadura y con la metodología mafiosa que asumió ese proyecto económico y político desde sus inicios. Las facturas se saldaban con desapariciones, atentados y muertos de uno y otro bando, tales como el atentado a Guillermo Walter Klein. Papel Prensa no estuvo fuera de la disputa que perdió Massera a manos de Martínez de Hoz y Raymundo Podestá, el secretario de Desarrollo Industrial que puso el Banco Nacional de Desarrollo al servicio de los apropiadores. El desquite de Massera llegó medio año después de consumado el despojo que hizo propietarios de Papel Prensa a los tres diarios, y aunque tarde y sin efecto alguno sobre el negocio que le habían birlado Joe Martínez de Hoz y Videla; pudo hacer nombrar un “veedor-interventor” en la empresa, el capitán de navío Alberto D’Agostino. El hombre se tomó las cosas en serio, y de los papeles que dejó y pudieron ser rescatados, se encontraron unas notas sobre la situación en que había quedado la cesión de las acciones en cabeza de la sucesión de David Graiver. El boleto de venta que obligaron a firmar a la familia incluía un anticipo en efectivo a cuenta de futuras emisiones de acciones por 1.500.000 de dólares. Ese fondo más los títulos es lo que Fapel, es decir, Magnetto, Mitre, Peralta Ramos y Campos Carlés, le arrancaron a la familia Graiver con 2.000 dólares de seña.
D’Agostino se empecina en el seguimiento de esa cesión, comprobando que las acciones apropiadas no podían aparecer como vendidas, ya que su venta estaba suspendida por tres años debido a que habían sido afectadas por la obtención del beneficio de un diferimiento impositivo. Sólo se podrían haber vendido si previamente se pagaban los impuestos postergados. A pesar de semejante objeción, los diarios decidieron depositar en una escribanía los pagos que ellos mismos habían decidido por las acciones apropiadas, demostrando así voluntad de pago y capacidad de disposición de esos títulos.
La complicidad periodística. Los ejemplos del apoyo editorial de Clarín al terrorismo de Estado perpetrado por la dictadura se multiplican con sólo mirar cualquier ejemplar de aquellos días. Verbigracia, en la nota publicada en agosto de 1976 titulada El principio del fin . Allí está escrito: “No hay tercería posible porque, admitido que estamos en guerra, imperan sus leyes. Es la Nación la que está en armas para vencer al enemigo (…) La fuerza, monopolizada por el Estado, y la razón, que legitima la autoridad y le proporciona el consenso, son los atributos fundamentales del Gobierno (…) La marcha hacia el monopolio de la fuerza avanza por caminos convergentes. Ha sido un reclamo formulado por distintas voces y que alcanza mayor vigor en boca de la Iglesia. Lo construyen las propias Fuerzas Armadas y sus hombres de gobierno al asociar a los distintos sectores en la lucha permanente contra la subversión”.
Por entonces, los desaparecidos en la Argentina se contaban por miles, entre ellos no pocos periodistas y trabajadores gráficos que habían pasado por Clarín en algún momento de sus carreras, como Francisco Paco Urondo, Carlos Alberto Pérez, Enrique Raab, Luis Rodolfo Guagnini, Conrado Guillermo Ceretti, Daniel Alberto Daroqui, Ernesto Luis Fossati y Jorge Rodolfo Harriague. Durante esos años, el diario donde habían trabajado silenció sus nombres, los desapareció también en sus páginas. Otros medios, como The Buenos Aires Herald o La Prensa , denunciaron estos secuestros y estas muertes a pesar de la censura y la represión.
Más de una vez, la propia directora estampó su firma en los editoriales, defendiendo a los dictadores aun cuando las violaciones de los derechos humanos y el desastre económico eran ya evidentes: “Las Fuerzas Armadas, que tienen en su haber el triunfo contra la subversión al costo de enormes sacrificios, están en condiciones de realizar esa convocatoria. Se les presenta una alternativa en que la crisis económica puede llegar a minar los logros que han alcanzado en ese terreno y en que superar esa crisis puede dar la consolidación definitiva de la victoria y la realización de los objetivos que se trazaron al asumir el poder…”. E, incluso, después de la derrota en la aventura de Malvinas, siguió apoyando a la dictadura: “Repensar el país significa, hoy, también repensar a las Fuerzas Armadas. No nos conforma la idea de unas Fuerzas Armadas políticamente rechazadas y refugiadas en la especificidad de sus tareas. En países como la Argentina, cuya cuestión nacional se resume en el imperativo de crecer y desarrollarse, las Fuerzas Armadas son necesarias para sostener esa batalla contra el statu quo aparentemente incruenta, pero en realidad tan ardua como cualquiera otra guerra convencional…”. Más de un cuarto de siglo después de terminada la dictadura, Clarín sigue sin publicar autocrítica alguna sobre su posición editorial y su apoyo explícito al terrorismo de Estado.
Delito de lesa humanidad. En capítulos anteriores se ha relatado exhaustivamente y se han citado testimonios sobre las condiciones en que los herederos y socios de David Graiver firmaron el boleto de venta de sus acciones en Papel Prensa S.A., antes y durante las detenciones ilegales de las que fueron víctimas en 1977 en los campos clandestinos de concentración conocidos como Puesto Vasco y Pozo de Banfield. También, mediante qué operaciones pasaron a manos de Clarín, La Nación y La Razón . “Yo vi a los tres grandes diarios de este país saquear una empresa de un grupo familiar cuyos miembros estaban todos presos, juzgados por un tribunal de guerra y condenados. Un tribunal que les sacó declaraciones bajo tortura”, denunció Osvaldo Papaleo, quien también fue detenido por los dictadores.
En una entrevista concedida al periodista Agustín Álvarez Rey, el hermano de Lidia, la viuda de Graiver, reconstruyó toda la operación de saqueo: “Si bien Papel Prensa era uno de los activos más importantes de Graiver, no era éste su único negocio. Entre agosto del ’76 y marzo del ’77, cuando la familia estaba liquidando sus activos, recibió algún tipo de oferta por parte de Clarín, La Razón y La Nación para comprar Papel Prensa. De hecho, la tarde del día en que detienen a la mayoría de la familia, mi hermana, Lidia Papaleo de Graiver, asistió junto a Isidoro Graiver a una reunión con representantes legales y algunos miembros de los directorios de estas empresas para ver si se podía firmar una carta de intención para comprar la empresa. Esa noche son detenidos”, relató.
Monopolio y consecuencias. Con el pacto de sindicación de acciones, las tres empresas periodísticas lograron un control absoluto de Papel Prensa. Ese manejo fue compartido inicialmente, pero cambió en consonancia con las transformaciones ocurridas al interior del grupo, producto de los distintos escalamientos de poder que cada uno de sus integrantes logró hacer. Primero fue la quiebra de La Razón a mediados de los ’80 y luego se produjo la consolidación de Clarín , a partir de los ’90, como el conjunto de medios más concentrado –en propiedad y dirección–, y extendido –en cobertura del mercado– de la Argentina. Esos cambios posibilitaron el manejo hegemónico que tiene Héctor Magnetto sobre la única productora de papel de diario del país. Su gestión no deteriora a La Nación , pero beneficia más a Clarín y perjudica a la empresa como ente societario que debe tener igual cuidado por los intereses de todos sus socios. Y presiona a los medios periodísticos con sus maniobras en el manejo de cantidades y precios del papel de diario. Por lo pronto, expertos en el sector sostienen que Papel Prensa habría estado subsidiando a Clarín mediante dos formas: un precio de venta de la bobina de papel menor a su costo de producción y la compra de la devolución de diarios a un precio que las fuentes consultadas llamaron insólito. El calificativo utilizado para aludir al precio de los diarios rechazados por los canillitas que Clarín vende a Papel Prensa, da a entender que está más relacionado con el precio de tapa que con el valor de un diario de descarte.El grueso del subsidio se origina en el precio del papel. Un estudio de costos y mercado que ha llegado a manos de los directores del Estado Nacional en Papel Prensa, muestra que las empresas editoriales que no accedieron durante los últimos seis años al precio cobrado por esa empresa a Clarín y La Nación , tuvieron que pagar 58 por ciento más caro el papel que necesitaron para sobrevivir. Ese sobreprecio fue la diferencia entre el promedio de los importes abonados por las editoriales obligadas a importar y el costo privilegiado que tuvieron los dos accionistas del monopolio del papel de diario.
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actualizada: 16 de agosto de 2010
el ceo de clarin levanta el perfil
Magnetto aceptaría reunirse con los Kirchner, pero no volvería a creerles
Se lo dijo a los principales periodistas del grupo, tras analizar la posibilidad de ir preso y revelar amenazas contra su hija mayor. La defensa como nueva estrategia de contraataque.Por Edi Zunino
Nunca como en las últimas semanas, ni antes ni después de que se le diagnosticara un temible cáncer de garganta y el matrimonio Kirchner le declarara la guerra al Grupo Clarín, Héctor Magnetto se había sometido a tanta exposición.
Reuniones que antes existían, pero se daban en la más absoluta reserva, hoy son públicas o semipúblicas, es decir, con difusión garantizada.
Visitas a la Corte Suprema mientras cae la noche, cumbres empresarias, cenas con referentes de todo el arco opositor y convocatorias masivas a los periodistas del multimedios completo serían apenas los primeros peldaños de un evidente cambio de estrategia en la confrontación con el Gobierno.
El martes pasado, el viejo comedor del diario fundado por Roberto Noble se dispuso como auditorio para que más de medio centenar de directivos, conductores, redactores y productores del matutino, Radio Mitre, Canal 13 y TN escucharan y vieran a Magnetto en vivo y en directo.
Allí, tras una pregunta de las veinte que le formularon, el CEO del conglomerado mediático más poderoso del país aceptó la posibilidad de que lo metan preso por las derivaciones judiciales del conflicto en Papel Prensa (donde Clarín es socio mayoritario del diario La Nación y del Estado nacional)y reveló que, entre lo que englobó en un sinfín de presiones oficiales, su hija mayor, Marcia, recibió amenazas de muerte en dos oportunidades.
Tras largas décadas de bajísimo perfil y con varios frentes de batalla abiertos con la Casa Rosada, Magnetto decidió, de algún modo, darles la razón a Néstor y Cristina de Kirchner para hacer trascender su papel de “general mediático” al frente de la tropa.
Así lo vieron los sesenta gerentes del grupo con quienes se reunió el lunes y los periodistas que asistieron a su alocución de dos horas y media un día después.
La intención oficial fue transmitirles calma y sensación de fortaleza. Les habló de “darle para adelante” y de “resistir”, lo cual, puertas afuera, también puede interpretarse como la decisión de mostrarse rodeado de políticos, empresarios y comunicadores para convertir la defensa en la mejor táctica de contraataque.
Si los K llaman, voy. La gran mayoría de los asistentes a la reunión de periodistas en el comedor de Clarín querían verlo en persona y escucharlo hablar. Deberían esperar un rato.
Fueron recibidos con café y masitas mientras se iban acomodando en el estrado los oradores oficiales del evento. Jorge Rendo, director de Relaciones Externas y ex nexo cotidiano con el Gobierno, rompió el hielo presentando un video que repasa los discursos agresivos de los Kirchner (ver página 3); Alejandro Urricelqui, director de Finanzas Corporativas, repasó los “resultados positivos” en lo económico; Héctor Aranda (gerente general) explicó la visión del caso Papel Prensa; y Gabriel Cavallo (abogado de Ernestina de Noble, ausente en la reunión) se explayó sobre la causa judicial sobre la identidad de Marcela y Felipe Noble Herrera, quien estaba en el edificio con su esposa y su bebé, pero no ingresó en la sala.
En resumen:
◆ “Los resultados y la gestión de la compañía vienen siendo claramente positivos: las ventas netas pasaron de 4.384 millones de pesos en 2007 a 5.736 millones en 2008 y a 6.679 millones en 2009, mientras la deuda neta se redujo de 778 millones (2007) a 566 millones (2009). Tanto las acusaciones de lavado de dinero como de estafa a las AFJP fueron consideradas “un verdadero disparate”, con apoyo en una detallada proyección en Power Point.
◆ “La venta de Papel Prensa se realizó el 2 de noviembre de 1976, meses antes de que los hermanos Graiver estuvieran detenidos y de que se hubiera hecho pública su vinculación a Montoneros. las acciones de la sucesión de Graiver nunca pasaron a los diarios y se les pagó lo que correspondía. Hasta ahora, Lidia Papaleo (viuda de David Graiver) jamás había expresado las acusaciones que nos formula en ninguno de los expedientes en que declaró”.
◆ “Habiendo declarado más de sesenta testigos, no hay indicios de que Marcela y Felipe puedan ser hijos de desaparecidos. Hay muy pocos casos registrados en el primer semestre de 1976”.
A la cuarta pregunta, Magnetto, de saco sport a cuadros beige, se levantó de su silla en primera fila y se llevó todas las miradas. Debido a sus dificultades para hablar, originadas en la extracción de dos tumores laríngeos, sus palabras fueron traducidas en simultáneo por escrito en la pantalla gigante. Aun así, con la mano en el bolsillo y gestos desenvueltos, no paró de dirigirse a los presentes hasta el cierre del evento, sin tomar ni un poco de agua, en un tono coloquial y respetuoso, por momentos algo arrabalero.
—Circula la versión de que en poco tiempo usted podría ir preso, ¿lo cree posible? –preguntó Julio Blanck, secretario de redacción del diario Clarín.
—Yo espero que no, pero es una posibilidad. Son capaces de todo. Ya sabemos que muchos jueces son funcionales al poder de turno. Si hasta la Corte perdió la posibilidad de mostrarse independiente con el caso de la Ley de Medios. Decime cuándo la Corte les jugó en contra...
En síntesis:
◆ “Tenemos a todo el aparato del Estado actuando contra nosotros. Desde Defensa de la Competencia al Banco Central, del Comfer a la Comisión Nacional de Valores, la Secretaría de Comercio, la UIF, la Sigen, la AFIP y la Anses. Ya perdí la cuenta de las causas y procesos abiertos contra nosotros. Los accionistas tenemos inspecciones permanentes, pero no importa: ya se va a saber toda la verdad.”
◆ “En los primeros años del Gobierno se tomaron decisiones necesarias: la renegociación de la deuda, la renovación de la Corte, el freno a los aumentos de tarifas o el control de los piqueteros. Los primeros cruces empezaron en 2005, con la primera elección legislativa: empezó a verse una acumulación de poder por el poder mismo, el deterioro institucional, la falta de inversiones... En 2007 se profundizaron las tensiones por los casos de corrupción, la inflación y los problemas para encarar un modelo de desarrollo con más creación de riqueza y menos pobreza. Todo se agravó con el conflicto del campo. Lo leyeron como una batalla contra la vieja oligarquía, cuando era algo más complejo... Yo soy de Chivilcoy y otros accionistas tienen campos, somos gente del interior. Ellos no aceptan nuestro rol periodístico”.
◆ “A los Kirchner los conocí por Alberto Fernández. Nos juntamos muchas veces. El me dijo que quería que yo fuera el hombre más rico del país, pero lo que quería era todo el poder para él. No tiene límites. Cristina me parecía más sensata...”
◆ “Esta no es una pelea de dos pesos pesados. Es David contra Goliat. Kirchner es el que pelea como Tyson, no tiene problemas en comerte la oreja.”
◆ “Yo me reúno con todos, soy un empresario. Si me llaman a Olivos o a la casa Rosada, claro que voy a ir. Lo que ya no me pueden pedir es que les crea.”
◆ “A Lidia Papaleo la vi una sola vez en mi vida, en una reunión en La Nación donde había no menos de veinte personas para firmar el contrato de Papel Prensa. Ahora me quieren inventar un delito de lesa humanidad por la compra de una empresa que nos fue ofrecida por sus dueños. Y les pagamos públicamente, pese a que los militares nos decían que esa plata era para Montoneros y a que (el almirante Emilio) Massera quería quedarse con la empresa a toda costa.”
◆ “Esto lo puede resolver nada más que la gente, en las urnas. Y la gente no vota periodistas. Nosotros no tenemos candidato. Del otro lado no veo a ningún peso pesado todavía”.
—¿Duerme bien, señor Magnetto? –le preguntó Osvaldo Pepe, prosecretario de redacción de Clarín.
—Sí. No tomo pastillas, ni tengo el culo sucio.
http://www.diarioperfil.com.ar/edimp/0495/articulo.php?art=23620&ed=0495-------------------------------
VIDEO PAPEL PRENSA - CAUSA NOBLE HERRERA
http://www.youtube.com/watch?v=eYXk2IWaFxA
http://www.youtube.com/watch?v=SYha4_lZAyI
GABRIEL CAVALLO, EL ABOGADO DE LOS NOBLE ¿ES LA MISMA PERSONA QUE DECIA: "VIVIR EN LA MENTIRA PROVOCA MAYORES PERJUCICIOS, ELLA TENIA DERECHO A SABER QUIEN ERA"... ? - Jul 05
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